MUNDO


Violencia religiosa aumenta tensión indo-pakistaní

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Nueva Delhi / India
Agencias de noticias

Tres atentados con explosivos en el estado occidental de Gujarat, donde los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes han dejado un saldo de casi 1.000 muertos, causaron heridas al menos a 36 personas, dijeron ayer las autoridades.

Funcionarios de la policía de Gujarat dijeron que una bomba estalló en una zona comercial de la urbanización de Gurukul en Ahmadabad, centro comercial del estado. La zona es de mayoría hindú.

Cinco minutos más tarde, otra explosión en una estación de autobuses de la urbanización de Geetamandir, causó heridas a 11 pasajeros. Algunos minutos más tarde, una tercera bomba estalló en un autobús en el suburbio de Vasana, una urbanización donde coexisten hindúes y musulmanes. La policía dijo que 14 personas resultaron heridas.

MEDIACIÓN INGLESA

Por otro lado, el canciller británico, Jack Straw, dijo que la comunidad internacional espera "acciones y no solamente palabras" del presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, para poner fin a los ataques fronterizos desde territorio paquistaní en Cachemira.

Straw formuló estas declaraciones en una conferencia de prensa conjunta en Delhi con su homólogo, Jaswant Singh, en la que el funcionario británico reiteró que el conflicto entre India y Pakistán tiene "implicaciones obvias" para el resto del mundo.

El canciller británico llegó a India luego de reunirse en Pakistán con el general Musharraf, en el marco de una gira dirigida a reducir la tensión entre las dos potencias nucleares.

ISLAMISTAS DICEN QUE MUSHARRAF LOS TRAICIONÓ

Entre tanto, comandantes de grupos islámicos en Pakistán que tratan de expulsar a la India de Cachemira, acusaron ayer al presidente Pervez Musharraf de haberlos abandonado en un esfuerzo por disminuir las tensiones en la región.

"Hemos recibido una puñalada en la espalda. Pakistán nos ha abandonado de la misma manera en que se desvinculó del Talibán en Afganistán", dijo el comandante Mohammed Musa, vocero del grupo Jaish-e-Mohammed.

El presidente de facto de Pakistán dijo que había tomado "firmes pasos" en Cachemira, aludiendo a la proscripción de cinco grupos militantes islámicos, entre ellos Jaish-e-Mohammed. Luego de su discurso, hubo centenares de arrestos de militantes. Musa acusó a Musharraf de "traicionar a millones de habitantes de Cachemira".

Syed Salahuddin, líder de Hezb-ul Mujahedeen, otro de los grupos militantes islámicos, se reunió con dirigentes de otras organizaciones en Cachemira e Islamabad en un esfuerzo "por mantener vivo el movimiento", dijo Saleem Hashmi, vocero del grupo.

India y Pakistán ya han protagonizado tres guerras. La tensión regional ha venido escalando tras una serie de ataques por parte de militantes desde el lado paquistaní de la frontera que divide al territorio de Cachemira.

 

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