Hay días en los que uno sale a hacer el trabajo, sin lujos, sin excesos, sólo que lo justo, con lo necesario para realizar una buena labor.
Ayer Panamá ganó sin lujos, sin excesos. El equipo nacional femenino sólo cumplió con su misión principal que tenía en el partido: ganar. A partir de allí el equipo se dedicó a manejar los tiempos, a controlar la pelota en mitad de cancha y a veces hasta se dio el lujo de prestársela a su rival, sin que éste mostrara ideas para ganar el partido.
TEMPRANO EN VENTAJA
El dominio panameño se marcó desde el minuto 11 cuando Nayeli Machado abrió el marcador. Desde allí se comenzó a perfilar una clasificación, que nunca se vio amenazada por las jugadoras chapinas. Me pareció más equipo Costa Rica, sin embargo, al final la estadística dirá que Guatemala es segundo y Costa Rica, último del triangular.
El segundo gol cayó a los 24 minutos por intermedio de Amarelis De Mera. La cañonera de golpe de cabeza puso la sentencia al partido muy temprano. Y es que Guatemala no creaba peligro, sus escasos ataques siempre terminaron diluyéndose en el sector defensivo de las panameñas.
Steffany Aguilar, a los 76 minutos, decoró el marcador para el 3-0 definitivo. Un resultado justo para un equipo que ganó bien, impuso velocidad, buen ritmo y juventud.
Esta nueva selección femenina, seguro que nos dará grandes alegrías como la de ayer.