La lluvia ha empezado a caer sobre Yogyakarta empeorando la precaria situación de las personas desplazadas por el seísmo de 6.2 grados de magnitud en la escala de Richter que sacudió el sábado el sur de la isla de Java, la más poblada de Indonesia.
Las autoridades calculan que el número de desplazados ronda las 200, 000 personas en Yogyakarta y en las otras zonas afectadas, mientras que el número provisional de muertos es de casi 4, 600.
Las precipitaciones han cortado el inestable servicio eléctrico de Yakarta y han dejado a la ciudad parcialmente a oscuras.
Los equipos de rescate interrumpieron hasta mañana las tareas de búsqueda de víctimas y salvamento de supervivientes entre los escombros de los edificios derrumbados.
Las autoridades esperan que la situación mejore con la llegada de refuerzos indonesios y de personal extranjero.
Países de todo el mundo han ofrecido ayuda financiera, material y humana a Indonesia.