El Ejecutivo despertó y ayer anunció una serie de medidas para apoyar al sector agropecuario, en una política de retornar al campo frente a la amenaza mundial de escasez de alimentos. El paquete contempla préstamos blandos, suministro de insumos a precios accesibles, mejor cobertura en el aseguramiento de la producción y la compra del 100% de algunos rubros por parte del Estado.
Ojalá que ese apoyo que brinda el Estado también se traduzca al consumidor y la ganancia no se quede en manos de los intermediarios. De igual modo, el sector agropecuario debe ser más eficiente y hacer frente con responsabilidad a sus compromisos.
Sin duda que la incursión del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), que ahora tendrá que realizar ferias permanentes en todas las provincias, revela que la llamada libre oferta y demanda no estaba funcionando en Panamá.
Los altos precios de los alimentos originó el surgimiento de la marca "Compita" para dotar a la población del arroz, azúcar, harina y otros productos de la canasta básica a precios accesibles.
Con el paquete de ayuda al agro, se hace necesario establecer mecanismos para proteger a los consumidores, porque al fin y al cabo son los contribuyentes con sus impuestos, los que cubren los apoyos que dispensa el Estado al sector agropecuario.
Desde hace meses, los consumidores observan con pasividad cómo aumentan cada quincena los precios y la inflación registra dígitos que antes eran impensables. Con este despertar del gobierno, también se debe hacer un mayor esfuerzo de las autoridades para que los beneficios que hoy se otorgan a productores y ganaderos permeen hacia el resto de la población y no se quede en manos de los eternos especuladores.