EDITORIAL
Pasos cautelosos
La ciudadanía se muestra
suspicaz y hasta cautelosa con una serie de acontecimientos que incidirán
en el gobierno que se instalará el 1 de septiembre. Hay que tomar
en cuenta estos acontecimientos que tienen precedente en nuestra historia
y que han sido causa de desestabilización de gobiernos anteriores.
Llama la atención, por ejemplo, que el gobierno nacional tendrá
que pagar 20 millones de balboas, aunque se han anunciado 100 millones,
por el despilfarro de los dineros del puente que nunca se construyó
llamado Van Dam. Esto aconteció durante el gobierno perredista de
Aristides Royo que se esfumaron sumas millonarias y dejaron al país
en bancarrota fiscal. Todo parece indicar que el nuevo gobierno arnulfista
tendrá que cargar con esa deuda por los atracos que se cometieron
en tiempos de los militares.
Otro nubarrón que aparece en el firmamento político es
el caso de los enfermos de SIDA. La Corte Suprema de Justicia aprobó
el tratamiento costoso de la triple terapia, pero quien tendrá que
ejecutar la medida será el gobierno de la presidenta Mireya Moscoso,
como una herencia de la incapacidad de las autoridades de salud perredista.
En la sumisa Asamblea Legislativa cursa un proyecto de ley para nombrar
tres magistrados en la Sala Quinta, lo que es innecesario porque aumentará
la burocracia estatal. De aprobarse este proyecto, lo que es inminente,
le ocasionará serias erogaciones al Estado y ese costo lo asumirá
también el nuevo gobierno.
El PRD está lleno de triunfalismo porque tienen mayoría
parlamentaria en la Cámara. Por eso le temen a una Asamblea Constituyente,
ya que intuyen que perderán una serie de privilegios muchos de estos
legisladores que han pasado con más pena que gloria. Los parlamentarios
electos y reelectos están, como dice el vulgo, "cogiendo los
mangos bajitos" y no prevén una reacción virulenta.
Hay voces agoreras que vaticinan "golpe de Estado técnico",
pero eso es como "curarse en salud" ante una potencial barrería
de empleados públicos mediocres y parásitos. De repente algunos
ministros apresuran la Carrera Administrativa para ciertos empleados con
el fin de garantizar la estabilidad de un paquete de funcionarios a los
cuales se impone que se les haga un nueva evaluación. Este es otro
problema que heredará también el gobierno Arnulfista, amén
de las pretensiones del primer vicepresidente de la República de
ocupar la Contraloría General.
Ese tipo de actitudes antecedió en el Perú al derrocamiento
del presidente Fernando Belaúnde Terry y proporciones guardadas en
1968 al presidente Arnulfo Arias Madrid.
Las amenazas de la FENASEP y las inquietudes en los sectores de Educación
y Salud deben ser observadas bajo un prisma diferente por la nueva presidenta.
No hay que descartar los apetitos de los norteamericanos que sólo
cierran capítulos cuando ya no tienen más alternativas. Recomendamos
andar con pasos cautelosos a los integrantes del nuevo gobierno porque con
el PRD hay que "dormir con un ojo abierto y otro cerrado", ya
que ellos mismos han puesto de moda la expresión "ingobernabilidad".
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