FAMILIA
Los efectos implacables de la cocaína
Robert L. DuPont Jr. M.D.
La cocaína ha demostrado
ser la más reforzante de todas. En un estudio, por ejemplo, los monos
presionaron una palanca un promedio de 12,800 veces para obtener una sola
dosis de coca. Incluso cuando estaban muriendo de hambre, prefirieron la
droga a la comida. Los machos preferían presionar la barra en lugar
de tener sexo con una hembra colocada en su jaula. Los monos insistieron
en obtenerla aun cuando recibieron severos choques eléctricos cuando
llegaban a la coca. Los monos odian los choques eléctricos. Si se
les daba libre acceso, seguían administrándosela hasta que
tenían convulsiones intravenosas. Los monos que tenían acceso
libre a la cocaína intravenosa, desarrollaron rápidamente
síntomas muy graves como hiperactividad, alucinaciones táciles,
pérdida de peso, temblores y convulsiones. Si tenían acceso
libre a la droga, no había posibilidad de que los monos ejercieran
un control personal sobre su consumo. Sólo la muerte terminaba con
esa lucha.
Podemos aprender algunas lecciones sobre el reforzamiento de este modelo
animal. Los monos no poseen características sociales o sicológicas
que les produzcan el intenso deseo que mostraron por la droga.
Era más intenso que el ansia por otra droga y más poderoso
que la atracción de placeres naturales como comida y sexo. Superaron
castigos muy fuertes, choques eléctricos. No fue posible que los
monos controlaran ese deseo antes de su muerte.
LA ADICION A LA COCA Y EL SINDRME DE DEPENDENCIA
Una de las discusiones más curiosas respecto a esta droga es si es
adictiva o no. El moderno concepto de adicción fue desarrollado para
manejar los problemas con otras drogas como morfina y heroína. Hoy
es bien sabido en Estados Unidos que la heroína fue introducida como
remedio no adictivo para la adicción de morfina a fines del siglo
XIX. Durante esa misma época, por falta de información, la
cosa se recetó muchas veces para tratar la adicción a la morfina
y el alcohol. La humillación de la ciencia médica por los
inesperados problemas con la heroína llevó, a mitad del siglo
XX, a una clarificación impresionante del proceso biológico
de adicción a drogas como morfina, un opioide. La dependencia biológica
de los opioides se llamó adicción. Las señales del
proceso de adicción fueron, con heroína, que ésta se
podía sustituir por morfina (u otro opioide) para evitar los síntomas
de abstinencia, y que eliminaría abruptamente producía "los
síntomas clásicos de la falta de morfina", incluyendo
sudoración, dolores, diarrea y vómito. La heroína y
la metadona, por ejemplo, pueden ser sustituida por morfina en esas pruebas.
La coca no. Los animales adictos a la morfina, cuando se les cambia de morfina,
cuando se les cambia de morfina a coca experimentan los síntomas
de abstinencia. Así con este modelo, se concluyó que la coca
no era adictiva. En este sentido la mariguana también resultó
no adictiva. En este sentido la mariguana también resultó
no adictiva. Desde los años cuarenta, ninguna droga nueva ha sido
clasificada dentro de este tipo de dependencia sin haber sido identificada
como adictiva.
Este importante logro científico tuvo un efecto terriblemente
negativo: olvidamos la lección. Se originó la suposición
equivocada de que las drogas que no producían dependencia de este
tipo no eran adictivas, ya que la dependencia no tenía bases físicas.
Esta distinción (que requería términos nuevos, más
ágiles peron o científicos) llevó a la separación
de las drogas adictivas de la no adictivas, de las drogas suaves a las fuertes
y de la dependencia física a la sicológica. En todos los casos,
las drogas "suaves" que producían dependencia sicológica,
se consideraron más seguras. Esto es un error. Muchas drogas, como
la coca, que entran en el patrón de no adicción, son muy reforzantes
y producen dependencia. Tal como lo he dicho anteriormente.
|
|
Tratamiento de los enfermos ancianos para alargarles
la vida |