La marea negra en el Golfo de México causada por la explosión de una plataforma petrolera hace un mes penetró en las marismas en torno al delta del Misisipi, lo que aumentó la presión sobre British Petroleum (BP), que el domingo intentará, de nuevo, detener la fuga.
La voz de alarma la dio el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, cuando inspeccionó en una lancha los pantanos afectados por una espesa manta de crudo, que amenaza el frágil ecosistema del área.
"El día que todos temíamos ha llegado", lamentó el gobernador. "No son trozos de alquitrán, no es una capa aceitosa, esto es crudo pesado entrando en nuestras marismas", aseguró.
El miedo de que el vertido se desplace hacia Florida e incluso más al sur, a Cuba, se extendió ante la advertencia de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera.