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CONSULTORIO MEDICO
Tratamiento
para las enfermedades musculares del cuello
Estimado
Dr. Hiller: Mi hermana tiene tortícolis espasmódica.
Durante varios años se ha puesto inyecciones de Botox,
pero la última vez que lo hizo el tratamiento no dio resultado.
¿Deja de hacer efecto el Botox tras varios años
de tratamiento? En caso afirmativo ¿hay algún otro
medicamento que puede ser utilizado en su lugar?.
Estimado Lector: El Botox (la denominación comercial
de la toxina botulínica de tipo A) es un fármaco
ampliamente utilizado para tratar a los enfermos de tortícolis
espasmódica. Para mantener su efectividad, este medicamento
necesita volver a ser inyectado a los pocos meses, aunque algunos
enfermos puede que no sientan mejoría alguna, tras ponerse
todas las inyecciones. Un pequeño porcentaje de enfermos
deja de responder totalmente al tratamiento. Investigaciones
realizadas recientemente indican que la otra clase de toxina
botulínica (la de tipo B) quizá pueda ser eficaz
en aquellos a los que el Botox no les cause efecto.
Tortícolis (término que deriva del latín
y que significa "cuello deforme") es una enfermedad
en la cual el cuello y la cabeza están en una posición
anormal. La cabeza puede que esté inclinada hacia delante
(anterócolis), hacia atrás (retrócolis)
o hacia un lado (laterócolis); o bien que esté
erguida aunque quede girada hacia la izquierda o a la derecha
(colis rotatorio). Los enfermos con alguna de estas variantes
de la tortícolis espasmódica también pueden
desarrollar tics en los que giren la cabeza constantemente.
Los efectos de la tortícolis espasmódica -también
conocida como distonía cervical (lo que significa actividad
anormal de los músculos del cuello)- se originan en las
contracciones involuntarias de los músculos del cuello.
Se cree que estas contracciones pueden estar causadas por una
disfunción dentro del área del cerebro (ganglio
basal) que coordina el movimiento. Normalmente, el deseo de mover
un músculo hace que el ganglio basal envíe una
señal mediante la producción de una sustancia transportadora
química llamada acetilocolina dentro del músculo
señalado. La acetilocolina entonces provoca las contracciones
musculares. Aunque en aquellos que padecen tortícolis
espasmódica, se envía demasiada acetilocolina continuamente
dentro de los músculos del cuello.
Cerca de 45.000 estadounidenses padecen tortícolis
espasmódica. A pesar de que no es una enfermedad mortal,
puede desembocar en una discapacidad. Hay una serie de signos
que pueden indicar que estamos ante una tortícolis de
estas características; al hacer presión sobre los
músculos del cuello se experimenta una sensación
dolorosa; y el equilibrio y la percepción se ven alterados.
Los síntomas normalmente se desarrollan gradualmente con
el tiempo, tendiendo a estabilizarse al cabo de cinco años.
Muchos enfermos se han dado cuenta de que los síntomas
aumentan como respuesta al estrés, por lo que deben hacer
ejercicios de relajación y/o programas de mejora natural
de la capacidad de respuesta. Muchos enfermos también,
sienten que ciertas actividades físicas como caminar,
llevar peso o correr empeoran los síntomas.
Es interesante resaltar que, algunos -quizá la mayoría-
de los enfermos observan que la postura de la cabeza puede ser
temporalmente corregida mientras se sostiene determinada zona
de la barbilla, la parte inferior del cuello o cualquier otra
parte del cuello, aunque la mejoría que de ello se obtiene
es de carácter temporal y sólo dura lo que dura
la sujeción de dichas zonas. De hecho esta mejoría
ocasional puede obtenerse si los pacientes aprenden a tocarse
suavemente determinadas zonas para producir ciertos estímulos,
lo que se denomina como "engaños sensoriales",
"toques engañosos" o "gestos antagonistas".
Algunos enfermos incluso han sentido cierta mejoría
con sólo pensar en dichos engaños sensoriales.
La toxina botulínica es una sustancia altamente tóxica
producida por la bacteria clostridium botulínica. La toxina
es la causante del botulismo, una variante mortal de envenenamiento
de los alimentos que destruye mediante su paralización
los músculos que impulsan la respiración. Hay siete
clases distintas de toxina botulínica, que van desde el
tipo A al tipo G. Un compuesto médico que contiene una
pequeña cantidad de toxina botulínica de tipo A
se vende en los Estados Unidos bajo la marca Botox. Debe administrarse
con sumo cuidado pues paraliza y debilita los músculos
donde es inyectado. Al inhibir la producción local de
acetilocolina, lo que permite que se relajen los hiperactivos
músculos del cuello, disminuye significativamente los
síntomas en casi el 80% de los enfermos de tortícolis
espasmódica. Por lo general, sus efectos son perceptibles
a la semana de haber sido inyectado y duran de tres a cuatro
meses.
A pesar de la ayuda que supone el Botox, puede que no se produzca
una reducción significativa de las molestias tras cada
inyección. La doctora Allison Brashear, y sus colegas
de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana analizaron
los datos procedentes del seguimiento que se hizo a 133 personas
con tortícolis espasmódica que habían sido
tratados con inyecciones de Botox. Un tercio de los pacientes
indicaron que al menos en una ocasión no habían
notado mejoría alguna tras la inyección. Las conclusiones
de la investigación de Brashear fueron publicadas en el
número de enero de 2000 de la revista especializada Movement
Disorders.
Aproximadamente de un 5 a un 10% de los enfermos que en un
principio sintieron mejoría por la acción del Botox
empiezan a responder negativamente al fármaco pasado cierto
tiempo. Hasta hace muy poco tiempo, no había ninguna alternativa
de calidad para estas personas, sin embargo investigaciones recientes
han demostrado que un medicamento experimental llamado NeuroBloc
(la marca bajo la cual se comercializa la toxina botulínica
de tipo B) puede que sea la solución. Al igual que el
Botox, el NeuroBloc relaja durante varios meses los músculos
que son inyectados al restringir la producción de acetilocolina.
Estas investigaciones han descubierto que el NeuroBloc disminuye
los síntomas en todos los enfermos tanto si responden
al Botox como si no. El doctor Mitchell Brin, del Hospital Universitario
Monte Sinaí de Nueva York, junto a sus colegas de diversos
hospitales de los Estados Unidos probó el NeuroBloc en
enfermos que habían empezado a mostrar síntomas
de resistencia a la acción del Botox. A 39 personas se
les administraron 10.000 inyecciones de NeuroBloc, y otras 38
recibieron inyecciones de placebo. Cuatro semanas después,
se utilizó una escala para medir el dolor y la discapacidad.
El grupo del placebo mejoró en un porcentaje de 2 puntos,
comparado con los 11.1 puntos de mejoría que hubo en el
grupo de personas que recibieron NeuroBloc. No se tuvo constancia
de que se produjeran graves efectos secundarios.
Estos resultados, al igual que los de otra investigación,
en la que participaron los doctores Bashear y Brin, fueron publicados
en el número de octubre de 1999 de la revista especializada
Neurology. El segundo estudio compara los resultados del NeuroBloc
en las pruebas que se realizaron a 109 enfermos de tortícolis
espasmódica que aún respondían positivamente
al Botox. A estas personas se les inyectó placebo, a otras
una inyección de NeuroBloc y al grupo restante una inyección
con doble composición de NeuroBloc. Cuatro semanas después,
utilizando la misma escala de medición que el doctor Brin
había empleado en su estudio, los síntomas se redujeron
en 4.3 puntos en el grupo del placebo, y en 9.3 puntos en el
grupo que había recibido 5.000 dosis de NeuroBloc, y 11.7
puntos en aquellos que recibieron el doble, o sea; 10.000 dosis
de NeuroBloc.
Tanto las investigaciones de Brin como la de Brashear-Brin
fueron financiadas por los laboratorios que fabrican el NeuroBloc.
El Botox, la marca bajo la que se comercializa la toxina botulínica
de tipo A, fue autorizado por la Administración de Alimentos
y Fármacos de los Estados Unidos (FDA) para tratar enfermedades
relacionadas con la actividad muscular como son el blefarospasmo
y el estrabismo. No hay ningún medicamento, incluyendo
el Botox, que haya recibido autorización por parte de
la FDA para tratar específicamente la tortícolis
espasmódica. Aún así, el Botox puede ser
adquirido y usado legalmente para este fin y generalmente es
considerado como el tratamiento preferido por la mayor parte
de los enfermos de tortícolis espasmódica.
NeuroBloc es el producto de los Laboratorios Farmacéuticos
Elan bajo el que se comercializa la toxina botulínica
de tipo B. No está todavía disponible en los Estados
Unidos, aunque la FDA tiene previsto autorizar su comercialización
en breve.
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