En un rincón del Océano Pacífico encontramos la isla de Coiba.
MISTERIOSA Y HERMOSA
Es un pedacito de tierra que está marcada por los horrores de ser un penal donde los presos eran obligados a trabajos forzados en campamentos agrícolas y en donde se cometieron los más feroces crímenes en reyertas carcelarias. Por otro lado, encontramos una hermosa reserva natural de la humanidad.
Es una riqueza natural conservada gracias a que el presidente Belisario Porras la declarara penal en las primeras décadas del siglo XX.
Este paraíso natural con especies endémicas atrae a la comunidad científica internacional. Los ecosistemas de Coiba están formados por un grupo de islas, arrecifes coralinos, que día con día se transforman en manglares y bosques primarios.
Coiba, que en lenguaje indígena significa "más allá", cuenta con isletas entre las que se destaca Jicarón, Jicarita, la Isla del Canal de Afuera y otro grupo de islotes forma parte actualmente de un Parque Nacional bajo la jurisdicción de la ANAM, que prepara juiciosamente un plan de manejo sostenible y accesible al turismo nacional e internacional.
COMO LLEGAR Y QUE HACER
Hoy la llegada de los turistas debe avisarse a la sede del parque en la Ciudad de Santiago, al teléfono 998-0615.
Todo inicia desde Puerto Mutis, cerca de Santiago. Los turistas llegan a la Estación Biológica al norte de la isla de Coiba y desde allí podrán visitar el islote de Granito de Oro, un sitio para "Snorkel", el sendero de los monos, el sendero de los pozos de aguas termales. Este sitio con aguas que llega a los 40 grados centígrados y de los cuales todavía no se sabe nada de su conformación química demuestra que Coiba es un sitio volcánico.
Se puede navegar por los canales del Río Amarillo, rodeado de manglares y ver kilómetros y kilómetros de hermosas playas. Más allá está la infranqueable barrera de bosques de cativales con sus colonias de guacamayas rojas, monos cariblancos y aulladores.
En la Bahía de las Damas está el famoso Campamento Central, con su cementerio de cruces sin nombre, una pista de aterrizaje y el más antiguo pabellón de celdas que muestra la placa conmemorativa de los tiempos de Porras. El visitante podrá ver el ganado en soltura, prueba de la explotación agrícola del antiguo penal.