Un antiguo truco que puede servir para endurecer tus glúteos y las piernas, es nuestra bien ponderada y extrañada compañera de escolaridad, la famosa y conocida soga. Aunque te parezca prehistórica, te podrá ayudar eficientemente a mejorar las condiciones no sólo de tus glúteos, sino también de tus muslos y pantorrillas.
Para comenzar, calcula alrededor de unos 15 minutos de trabajo por sesión. El mismo lo vas a completar en períodos reducidos de trabajo e intercalándolos con momentos de pausa o descanso.
De todos modos, es importante que tengas siempre presente que el trabajo de soga representa una exigencia marcadamente mayor en cuanto a intensidad y exigencia se refiere.
Por lo tanto, cuando te decidas por esta modalidad de trabajo, procura realizar diez series de 1 a 30 repeticiones con pausas de recuperación de 2 minutos. Durante las pausas, aprovecha para realizar ejercicios de estiramiento, respira para recuperar el metabolismo o la frecuencia cardíaca y, así, podrás afrontar el resto de las series con la misma eficiencia.
PREPARACION PREVIA
Si bien la entrada en calor para las distintas actividades (soga), cada actividad requiere de la intervención de distintos grupos musculares o articulaciones.
Por lo tanto, aunque en muchas ocasiones se compromete un gran porcentaje de la masa muscular total, existen diferencias en cuanto a las exigencias que requiere cada grupo muscular para un óptimo funcionamiento.
El ejercicio que vamos a incorporar a tu rutina de entrada en calor es el estiramiento de los músculos posteriores de las piernas (que los vas a encontrar debajo de tus glúteos) Para este fin, te vas a ubicar con los pies juntos y desde esa posición vas a intentar llevar el tronco hacia delante y tocar tus tobillos (Sin rebotar) manteniendo la posición 10 segundos y repitiendo un mínimo de 3 veces.