La última semana ha sido negra para el sistema penitenciario mexicano, ya que 90 funcionarios de dos presidios, entre ellos sus dos directores, están bajo investigación en la fuga de diez reclusos.
Las acciones contra los funcionarios comenzaron el martes cuando la Procuraduría General de la República (PGR) puso bajo arresto preventivo a 43 de ellos para determinar su participación en una osada fuga de nueve presos que había tenido lugar una semana antes en un penal del estado de Sinaloa (noroeste).
Los internos se escaparon durante un falso operativo en el que un número indeterminado de personas llegaron al centro identificándose como policías judiciales.