Nuevamente y por centésima vez, los glorificados "bucaneros" del espectáculo, recurren a la ya conocida "beneficencia" de importar artistas de conocida solvencia económica y bien remunerada, para exhibir contratos fraudulentos y antojadizos. Ese es el caso reciente de Alejandro Fernández, quien llegó al país exigiendo 230.000 dólares y acogiéndose al exabrupto retórico del Decreto conocido, que permite que se exima de pagar los impuestos, tanto fiscales como del Sindicato. Alejandro llegó, actuó y se llevó su dinero sin obstáculo de ninguna índole. Ahora lo hace, ya como vicio notorio, el empresario de Eros Ramazotti. Dentro de un par de días lo hace don Marco Antonio Solís, el "Buki", entiéndase, no estamos en contra de que nos visiten artistas famosos, pero sí estamos en contra de que lo hagan sin facturar sus impuestos como lo hacemos los panameños cuando visitamos otros países.
La Rosario, la hija de Lola, quien también nos bailó y cantó, se les escapó a los conocidos empresarios, y no tuvieron tiempo para hacer sus "marullos", aunque su contrato deja mucho que desear porque es insignificante la cantidad que adorna su contrato y que a "ojos de buen cubero" deja mucho que pensar. ¿Qué ocurre con estos señores que no creen en las leyes panameñas, según ésta que nos compete, es la Ley 10 que dice que los artistas extranjeros deben pagar el cinco por ciento de su contrato (el de los artistas) a los Sindicatos de los Músicos y de los artistas desplazados (50% para c/u) y el 17% al Fisco Nacional. Están burlándose del Fisco evitando pagar el impuesto y hasta cuándo?
Queremos saber qué hará el Ministerio de Trabajo con el contrato del Buki, porque éste es un artista de ciento cincuenta mil dólares por actuación y si ustedes se fijan en la propaganda, son casi 10 patrocinadores que acompañan al artista de marras. Les anunciamos que el público estará muy pendiente de esta actividad. Sabemos que los productores, no todos, también utilizan, porque la ley lo dice, un grupo folclórico que debe acompañar al artista y los mismos brillan por su no presencia. ¿Quién castiga esta arbitrariedad? Los artistas somos como la "roca" tanto da la gota al agua, que rompe la "tinaja" están preparados para lo que les va a venir.
Existe una comisión que evalúa los artistas y grupos que vienen al país, pero el mismo es para "turismo" porque nos quejamos de las anomalías y no pasa nada, absolutamente nada. Los contratos deben presentarse diez días antes de la presentación del artista y no se hace. Es decir, no pasa nada. Lo peor es que nuestro abogado ha presentado demandas, se ha quejado ante la Procuradora de la Administración y la misma ha caído en "saco roto".
Señor ministro Moreno, ponga atención a todos estos problemas, sabemos que usted guarda buenas intenciones y que desconoce algunos detalles de todos estos problemas, denos oportunidad para explicarle, nosotros los artistas panameños estamos padeciendo sobre un decreto obsoleto y falto de humanidad. ¡Déjese sentir!
