El Ejército estadounidense prohibió a sus oficiales encargados de los interrogatorios en las prisiones iraquíes que sigan empleando algunos métodos vigentes hasta ahora para extraer información de los detenidos, con la finalidad de evitar que se repita el escándalo de la prisión de Abu Ghraib.
Esos métodos coercitivos, revelados por las recientes fotografías de militares estadounidenses torturando a prisioneros iraquíes, fueron consideradas "inhumanas" por un alto funcionario del Pentágono.