La Policía actuó ayer contra infractores del censo

Redacción
Crítica en Línea
Las calles de Panamá estaban vacías en horas de la mañana. El endemoniado tránsito vehicular había desaparecido. La mayoría acató el llamado de las autoridades de permanecer en su casa en espera del empadronamiento para el Censo de Población y Vivienda, pero también hubo quejas por una presunta mala organización. Se dieron detenciones de infractores y hasta personas que se quedaron encerradas en su residencia, esperando a un empadronador que nunca llegó. El Censo arrancó a las 7:00 a.m. con el discurso a la nación del contralor Alvin Weeden, quien solicitó a los residentes de todo el país que permanecieran en sus hogares hasta la llegada de los empadronadores. Pero bien lejos de escuchar las palabras del contralor, más de mil panameños olvidaron el refrán que indica, "hombre precavido vale por dos". Desde las 8:00 a.m. las corregidurías empezaron a abarrotarse de personas sorprendidas en las calles, que salvo casos excepcionales, la mayoría no tenía excusas adecuadas para sustentar su falta de civismo. Cuando ya pasaban las 12:00 m., muchas personas comenzaron a desesperarse y a hacer llamadas a las oficinas de la Contraloría cuestionando la falta de los empadronadores. El subcontralor Enrique Lau pidió paciencia, asegurando que el ritmo de empadronamiento era de 250 mil personas por hora. Lau dijo además que tenía versiones, no confirmadas, sobre la venta de contraseñas de empadronamiento en Calidonia. Los primeros reportes de la labor del censo comenzaron a llegar a las 3:00 p.m., desde Pesé. A las 6:00 p.m. por el servicio de Internet establecido para difundir los resultados parciales revelaba que sólo 257 zonas de las 7,323 habían reportado resultados, lo que reflejaba una cobertura del 3.6% de la población.
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