La que sería una cumbre para el encuentro de dos mundos -el árabe y el latinoamericano- se convirtió en un foro político con ataques directos a Israel y Estados Unidos.
En la declaración final de la cumbre, las 22 naciones que asistieron al foro en Brasilia criticaron la ocupación israelí en Palestina y defendieron la reivindicación argentina de las islas Malvinas.
También el documento da un fuerte respaldo político a las reclamaciones árabes, con un apoyo a la causa palestina y críticas a las sanciones impuestas por EE. UU. contra Siria.
Otras cláusulas prevén el desarrollo de inversiones con los sudamericanos.
Otra cumbre debe realizarse en 2008 en Marruecos, precedida por una reunión de cancilleres en 2007 en Buenos Aires.