El gobierno levantó temporalmente un arancel a las importaciones de derivados de petróleo a fin de garantizar el suministro de combustible ante una huelga en la planta refinadora operada por Chevron-Texaco.
La medida, con la que se suspende un arancel de 11%, se tomó después de que los trabajadores de la Refinería Panamá optaron por extender el martes un paro de doce horas para exigir una indemnización más elevada ante los planes de la planta de cerrar a fines del 2002.
La huelga, de unos 290 empleados, impide el procesamiento y despacho de combustible en la Refinería, situada en la caribeña provincia de Colón, a unos 80 kilómetros de la capital.
Chevron-Texaco, que por contrato-ley, goza de exclusividad en el refinamiento del crudo aquí, planea transformarse en un centro de acopio de combustible, lo cual es avalado por el gobierno panameño que espera una apertura de la actividad con esa reconversión.
La Refinería ha propuesto una indemnización a sus trabajadores por unos 25,7 millones de dólares, pero el sindicato exige un monto mayor. Se queja de pérdidas y ha dejado entrever que abandonaría el país en caso de no lograr convertirse en un centro de almacenaje.
El gobierno dijo que espera una pronta solución'' entre el sindicato y la empresa, y ordenó dejar sin efecto un arancel que permite a un grupo de empresas importar combustible exentos de impuestos. No debe haber temor, ya que existen en los almacenes combustible para más de un mes'', dijo el director de Hidrocarburos Ramón Tapia. |