REFLECTOR
El Vidajena

En la real vida, como dicen los plagatox, hay manes que hacen de todo pa' salir de la lama, tal como le acontenció al pacierazo Melanio Pérez, un buay que ni siquiera terminó la escuela primaria. Es un borrachín de primera y va pa' un año que no trabaja desde que lo botaron de la empresa donde agachaba el lomo como mensajero por un mísero jornal.

Pero el laopé tiene muchos amigos, sobre todo en las cantinas donde va de "gorrón" y es muy popular entre los manes y guiales de la barraca de Curundú, donde vive en compañía de su bella mujercita y sus tres comeporotos. Y como el man tiene pueblo, a uno de estos políticos sinvergüenzas se le ocurrió poner a Melanio como su candidato a legislador suplente en uno de los partidos que participaron en la última fiesta electoral del milenio.

Hombe papá, cuando el man le comunicó la buena nueva a su hembrita, ésta se puso muy contenta, porque ya se veía como la guial del legislador y gozaba al pensar cómo se morirían de envidia sus amigas bochinchosas de la barraca, cuando su marido saliera electo.

El man muy entusiasmado inició su campaña en las cantinas, hablándole a los borrachos y las aves pálidas del lugar de las medidas que tomaría cuando fuera elegido "Honorable Padre Suplente de la Patria". Entre éstas estaba una inmediata rebaja al precio del guaro y la cerveza, y que los bares y cantinas trabajarán 24 horas continuas, so pena de multa o arresto a los dueños; además de un aumento general de la tarifa de las aves pálidas y demás personal nocturno.

Como Melanio quería ganar inició su campaña proselitista seis meses antes del torneo electoral del pasado dos de mayo, repartiendo volantes, pegando papeletas hasta la madrugada y pidiéndole el voto a los pacieros para él y su principal.

Pero que va, ya la linda mujercita de Melanio se estaba hartando de las andanzas de su marido que por andar metido en política la tenía abandonada. Te voy a decir, mi hermano, que la guial no se veía nada mal, ya que tenía un cuerpo de modelo, con tremendo "bota fly", como dicen los colonenses y unos senos fuertes y grandes para amamantar a sus crías, y la carita de adolescente bandida, porque mi hermano la guial desde temprano había empezado con las travesuras que tanto le gustaban.

Un día a Melanio se le ocurrió llevar a su cuartucho al candidato principal, un santeño de nombre Gumercindo, que iba camino a ser vétero, pero que tenía finca y ganado en el interior y, además, manejaba varias carnicerías y puestos de venta de legumbres en el Mercado Público.

La guial inmediatamente le reclamó al político de que por qué tenía a su marido trabajando como esclavo hasta altas horas de la noche pegando papeletas o gritando en un megáfono, que con su escándalo no dejaba dormir a nadie en el vecindario y a ella era que le ponían la queja, a lo que el santeño le respondió que se calmara que el dos de mayo se verían los frutos.

Hombe papá, al santeño le gustó la mujer ajena y cada vez que Melanio estaba haciendo política en las cantinas o pegando papeletas en los postes, Gumercindo aprovechaba para visitar a la guial de su suplente y llevarle regalitos y, de vez en cuando, chenchen.

Como la guial estaba resentida con el marido, porque no la atendía, decidió vengarse y pasarlo por la parrilla con su principal. Ya el pobre Melanio estaba que no podía caminar y no sabía por qué, pero era por dos enormes cuernos que le estaban naciendo en la frente.

Hombe papa, un día que Melanio llegó más temprano que de costumbre, oh asombro, su lindo pastelito estaba refocilándose con todo acompañada del santeño, el buay lo primero que hizo fue buscar un tuco y ponérselo en la cabeza a su principal que reaccionó sacando su rascatripa y mandándoselo a guardar a Melanio en la caja del pan.

La oportuna intervención de la Policía evitó que la sangre llegara al río.

 

 

 

 

 

 

 


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Hombe papá, al santeño le gustó la mujer ajena y cada vez que Melanio estaba haciendo política en las cantinas o pegando papeletas en los postes, Gumercindo aprovechaba para visitar a la guial de su suplente y llevarle regalitos y, de vez en cuando, chenchen.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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