Las investigaciones en torno al asesinato del abogado y dirigente de la Fundación para Apoyo al Detenido, Javier Enrique Justiniani deben adelantarse de forma tal que se esclarezcan todos los pormenores en torno a ese crimen.
Si bien es cierto que ya se capturó a un sospechoso, hay algunos aspectos que no encajan, por lo que los investigadores deben hacer las comprobaciones del caso y verificar las versiones que ofrezca el detenido, para que no se pretendan desviar las pesquisas.
Si bien el detenido pudo ser el autor material del homicidio, todo indica que habría un autor intelectual, que en el fondo es el mayor responsable de este hecho de sangre. Hay que determinar el móvil del homicidio y todos los involucrados.
Las primeras versiones sugieren que el móvil no está claro. Se puede estar frente al gatillero que le arrancó la vida a Justiniani, pero hay todavía aspectos en torno a las motivaciones que deben ser investigadas con mayor profundidad.
Ojala que con el caso de Justiniani no suceda como otras ejecuciones, donde las sumarias al pasar los meses quedan archivadas como proceso sin resolver y sin que nadie sea llevado al banquillo de los acusados.
Al mismo tiempo, en las sumarias deben acopiarse todas las pruebas para confirmar la legalidad de cualquier detención que se ordene, para evitar que cuando el expediente llegue al Organo Judicial, se caiga el caso.