Ya no eran Kate ni William, pues se habían convertido en el duque y la duquesa de Cambridge.
Justo cuando la efervescencia en Inglaterra por la boda real había bajado, en un lugarcito que quizás ellos ni se imaginan que exista, apenas comenzaba la celebración, un brindis donde los festejados iban rumbo a la luna de miel.
Pero aún así, ambas celebraciones en honor a los nuevos duques fue todo un éxito en Panamá.
La primera de ellas fue toda una boda real, se realizó en uno de los lugares más selectos de Panamá, el Club Unión.
Con una decoración muy británica, donde los centros de mesa tenían la banderita. El dulce fue lo que más llamó la atención de todos, con carruaje incluido.
Había una orquesta que ambientaba a los invitados, quienes lucían como unos verdaderos asistentes a la boda real.
BRINDO POR LOS NOVIOS
En otro lugar de Panamá, también se brindó en horas de la noche por el enlace de la madrugada. El anfitrión de la recepción que tuvo lugar en Altos del Golf, fue el embajador británico en Panamá, Michael John Holloway.
Con invitados de todas las esferas, incluyendo al gobierno, el embajador manifestó su emoción por este gran acontecimiento.
En ambos eventos se transmitió la boda real, y los asistentes la disfrutaron como si estuviesen en el palacio de Buckingham.