CRIMENES FAMOSOS Un reverendo menospreciado

Por Max Haines
Todo el mundo quería al Rev. David Terry. Y con razón, además. El reverendo trabajaba y adoraba a Dios en la iglesia de Emmanuel Church of Christ Oneness Pentecostal en Nashville, Tennessee. Bautizaba a los recién nacidos, casaba a los enamorados, confortaba los enfermos y podía también realizar un servicio fúnebre de primera clase. Por 15 años, el Rev. Terry sirvió a los 80 miembros de su congregación sin quejarse. Su salario de 35.000 dólares anuales era apenas suficiente para mantener a su querida esposa, Brenda, y a sus cuatro hijos. Pero nunca nadie dijo que el negocio de la religión fuera la más lucrativa de las profesiones. Sin embargo, todavía había esperanzas para el pastor de 43 años. Usted verá, el Obispo Banks estaba a punto de retirarse y nombrar a un sucesor. Nuestro muchacho quería ese trabajo, y los 75.000 dólares por año que venían con él más que nada de este lado de las puertas celestiales. Pero no sucedió. El aguafiestas del obispo designó a su propio hijo como su sucesor. El Rev. Terry estaba desolado. Así eran las cosas: nuestro pobre pastor no iba a ningún lado, tal vez por razones de peso. El calvo e inseguro Rev. Terry pesaba 110 kilos y algo más. La vida no valía la pena de ser vivida. Pensó en el suicidio, pero la idea era repugnante. Además, era mortal. Es difícil decir exactamente cuándo nuestro hombre de la sotana pensó por primera vez en su increíble estratagema. Buscaría una falsa identidad, asumiría esa identidad, mataría a alguien y lo haría aparecer como si él hubiera sido la víctima. Entonces desaparecería, usando su nuevo nombre. Si sigue todo esto, notará que había ciertos defectos incluidos en todo este extraño plan. Sería necesario que la esposa de Terry y sus hijos adolescentes creyeran que su esposo y padre estaba muerto. Asumiendo que el reverendo quería a su descendencia, esto sería duro, pero no se puede tener todo. Luego estaba el asunto del dinero la "huida". El reverendo se puso a solucionar todos estos problemas potenciales. El hombre que se encargaba de hacer tareas varias en la iglesia, James Chester Matheny hijo, era un alcohólico recuperado que el reverendo había tomado bajo su protección. El compasivo Terry había contratado a James para trabajos de la iglesia. El no demasiado ágil James, quien llevaba las balanzas hasta los 130 kilos, sería muy fácil de eliminar. En 1987, el Rev. Terry entró en acción. Compró un cuchillo de carnicero y un arma, los que escondió en la iglesia. Para obtener los fondos necesarios vendió la casa del pastor por 50.000 dólares. Había una trampa en esto; la casa no le pertenecía. De una tumba en Mount Olivet Cemetery, tomó el nombre de Jerry Milsom, quien se había ahogado en 1951 a la edad de siete años. El chiquillo había nacido el 8 de julio de 1944, sólo tres días antes que el nacimiento de Terry. El reverendo obtuvo detalles de la vida de Jerry Milsom de recortes de diarios. Armado con esta información, Terry obtuvo una copia del certificado de nacimiento de Milsom, el cual lo capacitó para procurarse un número de seguridad social y una licencia de conductor. Usando el dinero derivado de la venta de la casa parroquial, Terry compró una motocicleta Suzuki Cavalcade. También sacó un seguro de vida sobre sí mismo por la cantidad de $100.000, nombrando a sus hijos como beneficiarios. Todo estaba listo. El 15 de junio de 1987, el Rev. Terry y James Matheny tenían todo dispuesto para ir de pesca. El reverendo se despertó con los ojos brillantes y lleno de entusiasmo. Dejó 10.400 dólares en efectivo en un sobre para su esposa, alabó al Señor y deslizó un billete de 100 dólares en las billeteras de sus hijos. Luego lo recogió a Matheny, pero antes de partir con su nueva motocicleta para atrapar a esos elusivos peces, paró en la iglesia para cambiar de lugar unos muebles. Sólo tomaría unos minutos. El pobre Matheny lo siguió sin dudar. Mientras el desprevenido ayudante se inclinaba, el reverendo lo baleó en la nuca, matándolo instantáneamente. Terry desvistió a su víctima hasta sus calzoncillos. Luego colocó un cinturón con una hebilla que llevaba la letra "T" alrededor de la cintura del muerto. El cinturón sería reconocido, ya que había sido un regalo de la esposa del pastor. EL CUCHILLO DE CARNICERO Operando según su plan preconcebido, el Rev. Terry sacó su cuchillo y procedió a separar la cabeza de Matheny. Habiendo tenido una vez un empleo secundario como carnicero, el predicador sabía cómo hacer un trabajo eficiente. A continuación cortó el antebrazo derecho de Matheny para deshacerse de un tatuaje grande e identificable. Casi la única cosa que el reverendo no había planeado con anticipación fue el descubrimiento de un pequeño tatuaje en la espalda de la víctima. No había que preocuparse. Terry sacó el tatuaje y lo hizo desaparecer en el inodoro. El Rev. Terry recogió las latas de gasolina que había colocado antes en su iglesia y empapó el cuerpo de Matheny. Además, salpicó gasolina arriba y abajo de los pasillos, donde tan recientemente había intentado guiar a su congregación lejos de una vida pecaminosa. Terry colocó la cabeza y el brazo de Matheny en una bolsa de lona, cerró la iglesia y partió en su Suzuki con su carga macabra. Condujo alrededor de 75 kilómetros hasta el lago Barkley, alquiló un bote y remó hasta el centro del lago. Seguro de que no había nadie cerca, dejó caer la bolsa de lona que contenía la cabeza y el brazo de su ayudante por sobre la borda. Remó a la orilla, saltó en su motocicleta y partió de vuelta a su iglesia. Matheny seguía allí. Terry arregló la mecha casera que había diseñado antes e intentó prenderla. Maldición, no quería prenderse. Fósforos tras fósforo se apagaron hasta que agotó sus provisiones. Frustrado, fue a una tienda de autoservicio y compró un encendedor. Este sirvió. La mecha prendió al primer intento y pronto toda la iglesia estaba en llamas, para no mencionar a Matheny, menos su cabeza y su brazo derecho. El Rev. Terry se alejó velozmente de la iglesia en su Suzuki. Los vecinos vieron llamas saliendo del edificio de ladrillos de dos pisos. Los bomberos lucharon con las llamas por más de dos horas. Finalmente fue apagado y el cuerpo sin cabeza fue descubierto. Brensa Terry fue avisada de que su marido estaba muerto. Miembros de la iglesia reunidos alrededor de las humeantes ruinas no podían darse cuenta de quién mataría y mutilaría a su amado pastor, a menos que fuera ese antiguo alcohólico, James Matheny. La teoría circuló sólo por unas pocas horas, hasta que una radiografía del cuerpo sin cabeza reveló que Matheny era la víctima, no el asesino. El Rev. Terry condujo hasta las afueras de Nashville, alquiló una habitación en un motel bajo su nuevo nombre Jerry Milson, y durmió una siesta. No había que asombrarse que el hombre estuviera cansado, había sido un día muy agitado. Al día siguiente, Terry se afeitó el resto de su casi calva cabeza, condujo hasta Memphis, donde se registró en un hotel y tomó parte en un juego de pelota, algo que el viejo Rev. Terry nunca habría hecho. CONTACTO CON UN ABOGADO Al día siguiente prendió la televisión para ver si había alguna cobertura de su asesinato. Quedó impactado al enterarse que estaba siendo buscado como el asesino de James Matheny. El Rev. Terry se contactó con su abogado, quien arregló la segura rendición de su cliente. Justo antes de ser sometido a juicio, Terry confesó sus crímenes. El 8 de septiembre de 1988, fue encontrado culpable de asesinato e incendio intencional y fue sentenciado a ser ejecutado en la silla eléctrica de Tennessee. Después de pasar un año en el pabellón de los condenados, su cita con la muerte fue revocada, pero su culpabilidad fue reafirmada. El Rev. David Terry fue sentenciado a cadena perpetua. ¿Qué pasó con la cabeza y el brazo de James Matheny? A pesar de los explícitos detalles dados por el reverendo en cuanto a dónde había dispuesto de las partes del cuerpo, la cabeza y el brazo de James Matheny no fueron nunca recobrados.
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