Miseria contrasta
con "boom'' comercial y portuario en Colón

Agencias
Internacionales
La
pujante actividad portuaria, las enormes transacciones de la
zona libre y la reanudación del ferrocarril interoceánico
siguen haciendo de Colón una "tacita de oro''.
Colón ha sido históricamente una zona de tráfico
y de gran movimiento comercial, pero paradójicamente es
una de las provincias con las mayores tasas de pobreza y desempleo.
Mientras los inversionistas de China, Estados Unidos y Taiwán
están moviendo millares de contenedores y los empresarios
de la zona libre intentan vender su mercadería, a poca
distancia, en varios barrios con viejas casas de madera y concreto,
hay colonenses sin trabajo, ni comida.
"No hay trabajo para los hombres ni para las mujeres.
Hay mucho desempleo y necesidades'', dijo a la AP, Marisol Araujo,
quien vive en la calle 8 del barrio Vaticano.
De Vaticano no tiene nada. Es un barrio con viejos y sucios
edificios de concreto y calles contaminadas con aguas negras
y basura.
Araujo, una morena de 29 años con tres niñas,
dijo que lleva cinco años desempleada.
"Las cosas no están muy bien'', coincidió
Luisa Brown, sentada en el parque central de la ciudad. "Con
una zona libre tan rica es triste ver tanta pobreza''.
Según cifras extraoficiales, el desempleo supera el
30% y la pobreza agobia a más de la mitad de la población.
Colón ha sido tradicionalmente una zona de alto ritmo
comercial y en los tiempos de la colonia albergó la famosa
feria hemisférica de Portobelo.
Vivió tiempos dorados. Las primeras grandes industrias
de cervezas, cemento y gaseosas comenzaron aquí, pero
luego se trasladaron a la capital. Muchos de sus profesionales
emigraron.
Hubo otrora hasta siete salas de cines y decenas de bares,
recuerda Francisco Villamil, de 71 años. "Luego llegó
el descalabro. La provincia como que se quedó en los años
setenta''.
Los problemas colmaron tanto a los colonenses que en la pasada
década crearon movimientos de desempleados y protestaron
violentamente en las calles.
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