OTAN admite nuevo error en bombardeo y
retraso de embargo
Bruselas
EFE
La OTAN admitió ayer
un nuevo error en uno de los bombardeos efectuados la pasada madrugada,
que ocasionó víctimas civiles, y señaló que
la aplicación del embargo de petróleo contra Yugoslavia puede
tardar todavía varios días.
Un portavoz aliado confirmó que al menos un misil "erró
su objetivo en 200 ó 300 metros" en el ataque a un cuartel militar
de Surdulic, al sur de Yugoslavia, pero no quiso confirmar si pudo caer
sobre un área residencial causando víctimas civiles.
Los medios de comunicación serbios informan de que al menos una
veintena de civiles, entre ellos mujeres y niños, han perecido en
el ataque, que destruyó 300 casas.
"Los pilotos de la OTAN toman todas, repito todas, las precauciones
posibles para evitar este tipo de errores, pero la tecnología no
es infalible y a veces se puede fallar en una trayectoria", dijo el
portavoz.
Prueba de ello, añadió, es el escaso margen de "errores"
que se han producido desde el inicio de la campaña, seis de unos
4.500 ataques. "Incidentes de este tipo no ocurrirían si el
presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, no nos hubiera forzado",
agregó.
La trigésimo quinta jornada de bombardeos sobre objetivos militares
en Yugoslavia ha sido "una de las más significativas" desde
el inicio de la ofensiva el pasado 24 de marzo, dijo el portavoz, que citó
entre los objetivos alcanzados puentes y depósitos de carburante.
Terminar con el abastecimiento de petróleo del Ejército
yugoslavo parece ser el objetivo más importante de los ataques de
los aviones aliados en las últimas horas, pero nada indica que se
pueda lograr a corto plazo.
El portavoz de la Alianza, Jamie Shea, admitió implícitamente
hoy que el embargo sobre el abastecimiento de petróleo decidido en
la Cumbre de Washington del pasado fin de semana todavía tardará
algunos días en aplicarse.
El Comité Militar sigue estudiando cómo aplicarlo y "sólo
cuando el plan esté listo pasará a los embajadores",
responsables políticos de adoptar la decisión, dijo el portavoz.
La aplicación del embargo "es una cosa muy seria y no les
sorprenda que la estemos estudiando con mucho cuidado, lo hacemos todo lo
deprisa que podemos pero no queremos convertir este ejercicio en una demostración,
sino en algo efectivo", explicó Shea.
La dificultad de la decisión reside en determinar si se utiliza
"la amenaza de la fuerza" para garantizar el embargo, que sólo
puede hacerse mediante una inspección sistemática de los buques
que pretendan suministrar petróleo a Yugoslavia, sea a través
del Danubio o a través de los puertos de Montenegro.
El comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, general Wesley
Clark, dejó ayer muy claro en una rueda de prensa que la aplicación
del embargo debía contemplar esa posibilidad para que pudiera ser
efectivo.
De momento, para acentuar la penuria en combustible, las refinerías
de petróleo se han convertido en uno de los objetivos prioritarios
de los bombardeos, para evitar que el crudo pueda transformarse en gasolina
para el Ejército serbio.
Los militares de la OTAN consideran que al menos un tercio de las reservas
de petróleo para el Ejército yugoslavo han sido destruidas,
que la capacidad de producción y refinado propio han sido seriamente
disminuidas y que los envíos a través de los oleoductos desde
Croacia, Hungría y Rumania, están bloqueados.
Shea informó que la penuria de combustible empieza a hacerse
patente, toda vez que "hace dos días, Milosevic ha promulgado
un decreto para requisar todo el combustible disponible", incluido
el de empresas privadas o particulares.
Sin embargo, la OTAN sabe que todavía quedan reservas y otros
métodos de abastecimiento que son más difíciles de
impedir, de ahí que prepare con celeridad la aplicación del
embargo.

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