El gobierno salvadoreño dio plazo hasta ayer al hondureño para que levantará las restricciones a la importación de pollos y huevos procedentes de El Salvador o cerrará sus fronteras a los productos lácteos de Honduras, a petición del sector empresarial.
El ministro salvadoreño de Agricultura y Ganadería, Salvador Urrutia, informó a la prensa de que después de 21 días de haberse cerrado el comercio a los productos avícolas de su país las autoridades hondureñas no dan muestras de querer solucionar el conflicto y han procedido a comprar los productos a Panamá y Costa Rica.
"Estos señores están tomando acciones dilatorias", expresó Urrutia en referencia a la actitud de las autoridades hondureñas, al señalar que las pérdidas de los avicultores salvadoreños ascienden hasta ahora a más de 1,2 millones de dólares, ya que sus exportaciones a Honduras suman 400.000 dólares semanales.
Honduras anunció en forma sorpresiva a El Salvador su decisión de no comprar pollos y huevos al país el pasado 6 de abril, bajo el argumento de que en algunas granjas situadas en la zona fronteriza entre los dos países se había comprobado la existencia de la enfermedad conocida como "influenza aviar".
La medida hondureña fue anunciada al comienzo de las vacaciones de Semana Santa por lo que las gestiones para resolver el problema se volvieron complicadas, sin embargo Urrutia y su colega hondureño, Guillermo Alvarado, se reunieron el 9 de abril en El Salvador y firmaron una "carta de entendimiento".
Dicho documento establecía los mecanismos para solucionar la problemática, entre ellos la investigación científica para determinar la existencia de la enfermedad en granjas de las zona fronteriza entre ambos países, lo cual, según Urrutia, resultó negativo en El Salvador y positivo en Honduras.
Los avicultores salvadoreños demandaron el domingo pasado al Gobierno el cierre al comercio de productos agropecuarios procedentes de Honduras como medida de presión para resolver la actual crisis, sin embargo el gobierno salvadoreño dio un compás de espera.
La Asociación de Productores de Leche de El Salvador (PROLECHE) exigió ayer al Gobierno que suspenda los permisos para la importación de leche fluida de Honduras, de la empresa "Sula", con el argumento de que ésta utiliza leche en polvo para la elaboración del producto.
Los lecheros apoyan su petición en la "Ley de Producción Higiénica de la Leche" que prohíbe la importación de leche fluida reconstruida o combinada con leche en polvo.
El presidente de PROLECHE, Alfonso Escobar, denunció que ayer se pretendió impedir el ingreso de un embarque de yogur procedente de El Salvador, valorado en siete mil dólares, con el argumento de que faltaban permisos sanitarios.
El ministro salvadoreño de Agricultura declaró que confía en que el conflicto comercial con Honduras pueda resolverse este fin de semana, pero no descartó que analizará las peticiones de los avicultores y los lecheros.
Los problemas comerciales entre Honduras y El Salvador no son nuevos y en la actualidad se suscitan cuando los países, junto con otros de la región centroamericana, se preparan para negociar un tratado de libre comercio con Canadá a partir de junio próximo.
Una fuente diplomática comentó hoy a ACAN-EFE que los países centroamericanos no pueden vislumbrar un futuro con éxito en el proceso de globalización de la economía mundial sin una real integración regional y que problemas como el actual entre El Salvador y Honduras "hacen pensar que están lejos de ello".
Señaló que los países centroamericanos urgen de un instrumento para la solución de problemas comerciales, que incluya compensaciones a un país que ha sido afectado por una medida injusta en caso de que esto sea comprobado. |