EDITORIAL
Bananeras
La transnacional Chiquita Brands y el Sindicato de Trabajadores lograron al fin un acuerdo para que una cooperativa de trabajadores compre los activos de la bananera y operen las plantaciones del llamado oro verde.
La cifra pactada fue 20 millones de balboas. El acuerdo se logró tras espinosas negociaciones. Para nadie era un secreto, que la compañía aspiraba ceder las 3,000 hectáreas de plantaciones a otra cooperativa adversa al sindicato, pero al final tuvo que ceder.
El acuerdo cubre el pago de prestaciones a más de 3,000 trabajadores de la División de Puerto Armuelles y el compromiso de que Chiquita Brands manejará la comercialización de la fruta al menos por los próximos 10 años.
El sindicato deberá transformarse en cooperativa para explotar las plantaciones de banano, lo que representa un nuevo modelo de operación en Puerto Armuelles, que desde 1927 se acostumbró a la dirección de la transnacional norteamericana.
Ya ahora el patrón no serán los norteamericanos. El empleador será el sindicato convertido en una cooperativa, donde todos los obreros serán asociados.
Ojalá que el experimento funcione y no resulte en fracaso, como ha sucedido cuando el sector laboral incursiona en actividades empresariales; y en el mismo sector bananero, donde hace poco se denunció el desastre ocurrido con el manejo del comisariato de Changuinola.
También preocupa que el 70 por ciento del financiamiento para adquirir los activos de la filial de Chiquita Brands provengan de la banca local. Que no nos sorprendan ahora con el cuento de que serán el Banco Nacional y la Caja de Ahorros, los que financien esa operación.
Los fondos de esas instituciones no se pueden estar comprometiendo en cuanta operación se le ocurra a los gobernantes. Ya se financió la compra de autobuses y la extensión del Corredor Norte. El financiamiento de la banca local para adquirir los activos de las bananeras alcanzaría la suma de 14 millones de balboas, una suma cuantiosa, tomando en cuenta la situación de estrechez económica que enfrenta la nación.
Hay que tomar en cuenta que el negocio bananero no está en sus mejores momentos.
Ya la División de Puerto Armuelles acumulaba pérdidas por 90 millones de balboas en los últimos años y las exportaciones habían decrecido notablemente.
Los obreros deberán entender que ahora comienzan una nueva etapa. Los que antes promovían huelgas para reclamar mejores condiciones laborales, estarán al frente del negocio. Sólo habrá que esperar si el cambio fue para mejor o para empeorar las cosas. El tiempo tendrá la respuesta.
PUNTO CRITICO |
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