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Aún hay municiones sin detonar en algunas áreas donde se practicaron pruebas.  |
El gobierno estadounidense nunca las declaró ni tampoco las desactivó, violando la Convención Internacional de Armas Químicas y debilitando su pretensión a eliminarlas del planeta.
Muchas armas químicas dejadas por E.U. en Panamá permanecen vivas hasta hoy en la Isla de San José, en el Pacífico, y lo peor es que E.U. se niega a asumir su responsabilidad de limpiar la zona de esos y otros desechos militares que, además de causar un grave problema ambiental, están amenazando la salud de los panameños, de acuerdo con investigadores y fuentes del gobierno consultados aquí.
Después de devolver el Canal en el 2000, en cumplimiento del Acuerdo Torrijos-Carter, firmado en 1977, E.U. también dejó en Panamá tres polígonos de tiro con 108 mil municiones sin detonar, que causaron, en accidentes, la muerte de más de 21 personas y decenas de heridos, aún antes que saliera de Panamá. Además, dejó igualmente campos minados y contaminación del agua con plomo, componentes de petróleo y otras sustancias, entre otras cosas.
Las denuncias son del investigador norteamericano John Lindsay-Poland, director para América Latina y el Caribe del Programa Movimiento de Reconciliación (Fellowship of Reconciliation FOR), ONG que trabaja desde 1915 por la paz y en la solución de conflictos por medios no violentos, pero fueron confirmadas por funcionarios del actual gobierno de la presidenta Mireya Moscoso, de anteriores administraciones y por investigadores panameños.
Lo peor del legado norteamericano, que afecta unas 4 mil hectáreas en total, además del desinterés de E.U. en asumir su responsabilidad ambiental, es que no se sabe, a ciencia cierta, cuántos son en total los componentes de la explosiva herencia. Habría "fundadas evidencias de que E.U. también utilizó armas químicas en otras áreas del país, fuera de las Isla de San José", de acuerdo con Daniel Delgado, ex militar y ex secretario General de la cancillería Panameña bajo el gobierno del ex presidente Ernesto Pérez Balladares.
Lo única precisión, además de lo denunciado puntualmente, es que E.U. utilizó a Panamá como retaguardia, dentro de la estrategia militar que desarrolló a lo largo del siglo XX. Durante más de medio siglo, este país desempeñó un papel activo en materia de logística, entrenamientos, inteligencia e investigación científica, con fines militares, tanto en las dos guerras mundiales, en la de Corea y en la de Vietnam, como en otros conflictos de baja intensidad, registrados en América Latina, con participación norteamericana el siglo pasado.
ENTRE PANAMA E IRAK
De lo que tampoco hay dudas es de que la actitud de "E.U. ha sido hipócrita con relación a Irak pues lo que hizo en Panamá fue lo mismo que lo llevó a invadir y a declararle la guerra a ese país. Violó el régimen internacional de armas químicas al no declarar ni remover las que dejó en la Isla (panameña) de San José, incluso, después de que fueron denunciadas por el gobierno local y, luego confirmadas por la Organización para la prohibición de armas químicas, OPAQ en 2001 y 2002", dijo Lindsay-Poland.
"Con esa actitud, E.U. dañó el único instrumento internacional que existe para controlar y eliminar armas químicas pues no cumplió con su obligación de declararlas", resaltó el investigador, autor de 'Emperadores en la jungla: la historia oculta de E.U. en Panamá', que acaba de publicar la Universidad de Duke y que está a punto de salir en español, editado por la Universidad de Panamá. En el libro, Lindsay no sólo analiza las intervenciones militares de E.U. en Panamá, entre 1855 y 1925, sino, además, las pruebas con armas químicas realizadas aquí y la existencia de un interrumpido proyecto, de 14 años de duración, que estuvo destinado a la construcción de un Canal a nivel del mar, en el Darién, con utilización de explosiones nucleares, entre otras cosas.
Al finalizar la segunda guerra, Alemania, antes que E.U. y Gran Bretaña, descubrió un agente neurotóxico, según análisis de un proyectil capturado en 1945. Los británicos consideraron entonces que "algunos de los componentes del capturado agente neurotóxico deberían ser retenidos para un posible uso en el Lejano Oriente, si los aliados invadían Japón, eventualidad para la cual se preparaba el Proyecto (de la Isla) San José", en Panamá, pero ese agente sólo fue probado aquí, tras finalizada la guerra, de acuerdo con Lindsay-Poland. |