La tala, la quema y cualquier mecanismo de deforestación contribuye directamente al incremento de la sequía que en estos últimos meses azota la región de Azuero, por lo que las autoridades ambientales han reforzado las medidas para mantener bajo control estas dos prácticas de los campesinos.
Sin embargo, a pesar de que en la provincia de Herrera estas prácticas se mantienen en los más bajos índices, un recorrido por algunos puntos de la provincia santeña como Cañazas deja al descubierto la triste realidad de suelos totalmente azotados por el fuego y en cuyo alrededor, la vegetación, las quebradas y abrevaderos sufren las consecuencias de este tipo de actuaciones que hacen más difícil poder sobrellevar la sequía, que en este punto del país se manifiesta con mayor fuerza.
CAMPESINOS NO TEMEN AL FUEGO
Y lo más lamentable es descubrir que los propios campesinos son los protagonistas de este tipo de quemas, que según ellos les ayuda a mantener los potreros limpios sin ningún costo y les aporta un buen abono para la tierra que meses más tarde utilizarán para la producción de los rubros que les sirven de sustento. Ante la falta de recursos económicos para invertir en la limpieza de sus terrenos, llevan a los campesinos a recurrir a las quemas. Estos alegan que la ceniza que queda después del fuego es un excelente fertilizante para que el suelo sea más productivo
LAS CONSECUENCIAS SON LAMENTABLES
Lo que los campesinos de esta área parece no manejar muy bien, son las serias consecuencias que esto trae consigo, sobre todo en un periodo de sequía que se vislumbra muy fuerte para esta región; así lo explicó el Ing. Juan Samaniego, del Departamento de Protección Ambiental de ANAM, manifestando que la erosión de los suelos y la pérdida de la fertilidad son los dos grandes riesgos de la quema forestal. Mientras tanto, el Ing. Feliciano Escobar Gutiérrez, jefe del Departamento de Patrimonio Natural de ANAM fue enérgico al señalar que las consecuencias de la quema son inmediatas y no a largo plazo como piensan algunos campesinos, porque las supuestas maravillas que hacen las cenizas en el suelo no son tal, porque con las primeras lluvias esto desaparece y el llamado abono va a dar al mar y a los ríos. |