Entre inmundicias y aguas negras viven
residentes en Cuatro Potencias
Enrique Watts
Colón - EPASA
En medio de aguas negras
se encuentran los edificios de la Calle 13 y Avenida Meléndez, conocidos
como las Cuatro Potencias y que albergan a unas 200 familias que habitan
los apartamentos de estos multifamiliares, los que fueron considerados en
cierto tiempo los más espaciosos de la ciudad de Colón.
Las estructuras de estos edificios al paso del tiempo han venido deteriorándose
-los años le han caído encima-. Cada una consta de cuatro
plantas altas y una baja, ubicados frente a la Zona Libre de Colón,
el cuartel de Policía y la escuela primaria República de Bolivia.
Las aguas negras con excrementos salen de las tuberías de cada
uno de los patios, lo que hace que las amas de casa no puedan colgar sus
ropas para que el sol las pueda secar, debido a las condiciones de insalubridad
que presentan y las enfermedades que pudiera ocasionar en la salud, principalmente
de los niños.
Andrés Guerra es uno de los inquilinos del edificio Santa Isabel,
y manifiesta que detrás de la ventana de la cocina emanan aguas negras
que, según él, el olor es insoportable y es común ver
este cuadro, además de señalar que en los últimos días
ha sentido una picazón en su cuerpo cada vez que se baña,
por lo que piensa que el agua potable pudiera estar siendo afectada por
las aguas servidas.
Las Cuatro Potencias tienen su historia entre quienes crecimos allí.
Santa Isabel, Donoso, Chagres y Portobelo son los nombres de cada edificio,
y quién en esta época de juventud no recuerda cuando niño,
que si llegabas o pasabas por el patio del edificio Portobelo te podía
salir la Tulivieja; en el Chagres, una de las vecinas de la planta baja
te regañaba por estar jugando; mientras en el Donoso se formaban
los mejores juegos del escondite con Yaco, Ricardito, los Moscote, Ceballos,
Polé, Kikito, Alemán, Jonisín, Kenya, entre otros.
También hay que recordar los loros de los vecinos del apartamento
41 del edificio Donoso, las carreras de bicicletas de los Picans y los domingos
de entrenamiento de los bomberos.
Hoy este recuerdo permanece en las mentes de quienes lograron disfrutar
sus años de niño, pero en la actualidad observamos la realidad
de estos multifamiliares: deteriorados, con telarañas de tubos de
PVC para que les llegue agua potable a sus hogares, mientras sus patios
son cubiertos por excrementos y aguas negras.
Ojalá y se pueda solucionar este problema, porque el mismo tiene
años de presentarse, pero en los últimos meses se ha agravado.
La responsabilidad de esto recae en el Banco Hipotecario Nacional, pues
los alquileres son bajos, pero el mantenimiento ha cesado desde hace algún
tiempo.


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