Unos 30 expandilleros del corregimiento de El Chorrillo alzaron su voz para que la ingeniera de un proyecto de remodelación en el barrio "respete", según ellos, sus derechos laborales.
La contraparte de esta historia alega que los exdelincuentes incumplen con sus deberes como empleados.
José Polo, presidente de la Fundación de Dame una Oportunidad, dijo que los jóvenes están molestos porque no cuentan con un contrato formal laboral y porque tampoco tienen un seguro social o de vida para realizar el trabajo de pintura en los edificios de 15 pisos ubicados en Calle 25 de El Chorrillo.
Marina García, gerente general de la empresa Grupo Génesis, rechazó el planteamiento de los trabajadores y alegó que "ellos se roban las herramientas de trabajo y no se presentan a laborar, y quieren cobrar".
La ingeniera García también dijo que ellos fueron contratados por una empresa subcontratista, cuyo representante es un pastor del lugar, quien por su cercanía con los lugareños del barrio les dio trabajo.
Gabriel, uno de los trabajadores que dejó las armas con la finalidad de obtener otra oportunidad de vida alejado de la violencia, explicó que reciben un salario menor al mínimo y tampoco se les paga seguro social y ni privado.
Algunos de los trabajadores desempeñan sus labores con ropa inadecuada: pantalón corto, camiseta, sin cascos y en zapatillas, denunciaron los expandilleros.
Las partes en conflicto acordaron asistir al Ministerio de Vivienda, entidad regente del proyecto de remodelación.