El presidente de Yemen, Alí Abdulá Salé, aceptó ayer sábado una propuesta de mediadores árabes para renunciar en 30 días y entregar el poder a su suplente a cambio de inmunidad judicial, en un cambio radical de opinión del gobernante con 32 años en el poder.
Una coalición de siete partidos opositores, que no representan a los cientos de miles de manifestantes que exigen la deposición de Salé, dijo que también aceptaba el plan pero con reservas.
Incluso si las desavenencias son superadas, se desconoce por ahora si los numerosos grupos diferentes de manifestantes aceptarán dejar las calles de inmediato.
En la víspera, los opositores realizaron la manifestación más grande en dos meses, la cual colmó una avenida de cinco carriles en la capital con centenares de miles de participantes.