Consumir regularmente carne asada a altas temperaturas o carne casi quemada aumenta en cerca de un 60% el riesgo de cáncer de páncreas, según un estudio presentado esta semana.
"Esta investigación confirma que reducir el calor para asar o freír carne, para evitar quemarla o chamuscarla, podría ser una buena manera de reducir el riesgo a desarrollar un cáncer de páncreas", declaró en un comunicado Kristin Anderson, de la Universidad de Minesota (norte), principal autor de este estudio presentado durante la conferencia anual de la "American Association for Cancer Research", basada en Denver (Colorado, oeste).
Los investigadores analizaron las costumbres alimentarias de 62.581 personas en buena salud al inicio del estudio.
Durante nueve años seguidos identificaron 208 casos de cáncer de páncreas y descubrieron que los participantes que preferían su carne muy asada tenían un riesgo un 60% mayor de desarrollar ese tipo de cáncer.
Sin embargo, "No podemos afirmar con certeza absoluta que el riesgo de desarrollar ese cáncer aumenta debido a la presencia de cancerígenos formados con la carne quemada", relativizó el doctor Anderson.