Sólo para no equivocarnos, y no confundir este concepto con la pereza, vamos a remitirnos al diccionario para estar claritos de qué estamos hablando cuando nos referimos a la apatía.
Se define la apatía como "la falta de emoción, motivación o entusiasmo. Es un término psicológico para un estado de indiferencia, en el que un individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social o física".
Psíquicamente se define como un trastorno del tono emocional que se mantiene embotado, acompañándose de despego e indiferencia. Es también un trastorno de la afectividad que se caracteriza por la impasibilidad de ánimo, estado de indiferencia frente a las personas, el medio o los acontecimientos, que trae consigo una alteración en la capacidad de expresión afectiva por parte del individuo frente a toda una serie de estímulos externos e internos.
El aspecto físico de la apatía se asocia con el deterioro físico, la pérdida de músculo y la falta de energía llamada letargia. Hablando en buen panameño, el apático es el que anda "como el huevo".
Como dijimos al principio, la apatía no es pereza, pero sí puede decirse que es una forma más avanzada, y además, una antesala a un estado de depresión.
Es una lástima que usted amiga (o) haya caído en la apatía. Nos sentimos tristes por usted. Ya no es la misma persona de hace 10 años. Parece que la amargura de su corazón es muy difícil borrarla porque ya ni saluda a sus compañeros cuando llega ni cuando se va del trabajo. Así describió Epifanio el comportamiento de un colaborador en el siglo XVIII cuando notó que sus labios pronunciaban frases impropias en los pasillos solo para maldecir al jefe.
El historiador de la edad media descubrió que estaba al frente de un problema serio de apatía.
Ser apática o apático es matar todo el estímulo que sale del alma. Podría definirse también como un suicidio disimulado en el campo laboral, pues estas personas dejan de ser activas. No participan de las reuniones de equipo y no creen en eso de que la excelencia es como un mango fácil de alcanzar de cualquier árbol.
¿Qué hacer cuando se detecta un problema como este? Lo más recomendable es tratar de incorporar aquella oveja al rebaño, pero si ésta no se deja, lo mejor es dejar que el lobo la incluya en su menú.
Si usted sufre este virus, busque ayuda. Su amargura no le ayudará. No se sienta el patito feo (eso es solo un cuento). Participe de los agasajos.
La apatía se combate con movimiento: hay que compartir con la familia, con los compañeros de trabajo, salir a la calle, hacer cosas nuevas. Hay que romper el cascarón de la apatía. En pocas palabras, hay que dejarse de ahuevasones.