Las amas de fuego definitivamente no fueron construidas para aliviar o salvaguardar vidas, sino por el contrario: para traer luto y dolor a la humanidad.
Esa máxima volvió a retumbar en los oídos de una familia panameña que vio cómo una de sus integrantes por poco pierde la vida en manos de extraños y despiadados, quienes sin importar a quien hieren o sin medir la magnitud de sus actos, decidieron fomentar un tiroteo a plena luz del día.
Paula García, de 23 años, es la víctima de una bala perdida, quien la tarde del pasado sábado, mientras se encontraba en Torrijos-Carter, recibió un impacto de bala en el muslo izquierdo, sin salida.
Ella, la víctima, quien no sabía de bandas ni mucho menos de pandillas, balas y proyectiles, está fuera de peligro en el Cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás, donde fue ingresada luego que una ambulancia procedente del Hospital Integrado San Miguel Arcángel, la llevó al nosocomio.
Lo único que la afectada sabe fue que sintió un frío y luego un líquido caliente que recorría por su piel y al mirarse no sabía porqué sangraba. Fue entonces que el miedo se apoderó de ella y llamó a un conocido, quien supo al instante lo que ocurría.
Las investigaciones que a continuación realizó la Policía Regular de San Miguelito junto con el DIIP de Santa Marta, llevó a determinar que se trata de una víctima de bala perdida producto del tiroteo suscitado entre la banda de "Los batros locos" y la gente de la barraca.