Ya iniciaron las lluvias, y para Oscar, que estudia el cuarto grado, en esta escuela su meta de convertirse en maestro parece más lejana. Hace un año, un fuerte viento arrasó con el techo de la escuela de Llano Tugrí, en la comarca Ngöbe Buglé.
Las hojas de zinc fueron detenidas por los árboles de pino que hoy se han convertido en el salón de clases de segundo y tercer grado.
Llano Tugrí, es una comunidad del corregimiento de Peña Blanca, distrito de Müná, de la Comarca Ngöbe Büglé. Para llegar a la población de Peña Blanca, desde San Félix, se requiere viajar, casi una hora en vehículos 4x4, debidamente adaptados para soportar el tortuoso camino y luego se debe caminar más o menos de cuatro a cinco horas por los curvos cerros entre pendientes.
A esta escuela asisten aproximadamente cien niños, provenientes de los caseríos indígenas aledaños. Si no se arregla, con las lluvias los niños no tendrán donde recibir sus clases.
Para el maestro Efraín Murgas, es un reto dar clases entre los pinos. Los niños a menudo le piden permiso para ponerse bajo el sol, porque el frío los entumece. La escuela, es más que el sitio donde se va a aprender a leer y a escribir, es el espacio de convivencia.