Un asesino serial que se apropia de las vidas de sus víctimas, un par de policías ineficientes, una investigadora bella y aguda, y multitud de giros argumentales que en cada esquina buscan desorientar al espectador, son la materia prima de "Robando vidas". Es un thriller que se ubica en la misma vereda de títulos como "Los siete pecados capitales".
Narra la historia de Ileana Scott, Agelina Jolie, una investigadora del FBI que al no confiar en las técnicas tradicionales de resolución de mentes criminales, toma las riendas del caso de un asesino que asume la identidad de sus víctimas. La cinta transita por un camino probado donde hasta la escena de sexo (en la cual Jolie muestra lo suyo) parece milimétricamente calculada.
Y qué decir del personaje de Ethan Hawke, un sospechoso -testigo- víctima que está diseñado expresamente para sembrar más dudas.
A medida que crece la presión por atrapar al roba identidades, la policía comienza a dudar de las extrañas facultades de la agente Scott y más aún por verse enredada en un complicado e inesperado encuentro amoroso que interviene con su trabajo. Sola, Scott se ve inmersa en una aterradora situación, rodeada por sospechosos en un caso que se vuelve espeluznante.
Siempre que Angelina hace cualquier personaje le pone un poco de ese misticismo que la caracteriza, le agrega parte de todo su bagaje cultural a sus papeles.
"Robando vidas" tiene como objetivo el cautivar al público con la imagen seductiva de Angelina Jolie y de paso sorprender y mantener a los espectadores.