Claro que ya no se pueden cambiar las cosas. Por más que varios digan que para "detener al PRD hay que lograr la unión del Empresario y Diente Frío a Pan de Dulce", eso no pasará.
No ocurrirá porque la ley electoral no permite estas alianzas al final de una campaña. Tampoco porque la personalidad de los candidatos lo impide.
Todos se creen la "mamá de Tarzán", el último huevo duro del picnic.
Creen que son fijos ganadores, por más que las encuestas digan lo contrario. Siguen algunos la filosofía de morir como "Sansón y los Filisteos".
Piensan que el dinero invertido lo recuperarán después por diversas maneras, incluyendo el arrimarse al candidato ganador y con cara de piedra pedirle un ministerio... (esto ya pasó, así que no piensen que es imposible).
Por los lados del gobierno hay algunos que ahora piensan que el mejor candidato debió ser Alberto Vallarino.
Pero callan esto por miedo a desatar la ira de la mandamás, a quien Alberto traicionó en las pasadas elecciones, decisión que fue un tremendo error político.
Error político enorme que se repitió al respaldar el arnulfismo a un candidato que se notaba sin el arraigo popular, aunque sea buena gente y tenga estudios (cosa que no sirve para ser presidente, como ya ocurrió en la elección pasada).
Los maléficos que urdieron toda una trama para torcerle el brazo al banquero Vallarino, tendrán su cuota de culpa si el gobierno pierde el poder.
Hay otros que a estas alturas se preguntan qué hace el Empresario en esta contienda, donde según las encuestas está "detrás de la ambulancia". Se puede aceptar que su propaganda ha sido la más impactante, aunque a veces moleste eso de ponerse ahora los zapatos del pueblo sólo por politiquería.
Podrá tener las mejores intenciones, no dejarse manipular por la garulilla de bellacos que existe en todos los demás candidatos, y sin embargo el pueblo no lo aprecia para ponerle en el Palacio de las Garzas.
Así que la pelea se presenta hasta ahora entre gente conocida. Tal vez esto sea una ventaja, aunque también puede convertirse en un obstáculo.
Conocer cómo han sido antes en la política y en el ejercicio de cargos, traerá buenos y malos recuerdos según como le haya ido a usted con ellos.
Es difícil tener certeza cómo votará la gente, ya que a último momento pueden cambiar su voto. Existe decepción en algunos por estos candidatos, que "si los meten todos en una licuadora no harán un buen chicheme", como dice el Cholito Mesero de Santana...