"Dentro de un mismo sector existen dos clases sociales", aseguraron los moradores del barrio de San Sebastián, en el corregimiento de San Francisco, quienes han sido cercado en un espacio donde ya ni siquiera le permiten respirar aire fresco, pues la construcción de grandes edificios y centros comerciales les ha robado ese derecho.
Las familias que aquí residen denuncian la falta de comprensión y compatibilidad con los dueños de los locales y edificios. Las diferencias son tantas y a veces egoístas, dijeron los moradores, pues antes "teníamos un tanque de basura cerca de un establecimiento de ferretería y estos por considerarlos no estético, lo removieron, y pusieron cerca de un Banco quienes también lo quitaron, provocando que los afectados sean los estudiantes de la Escuela República de Finlandia, porque ahora la Alcaldía los colocó en frente del centro educativo.
Los menores se quejan de los malos olores que de allí emanan, además de los ruidos excesivos que producen las maquinarias que se usan en la construcciones.
Los problemas en esta comunidad parecen ser de toda la vida y muchas de las familias consideran que los empresarios no quieren pagar el valor real de los terrenos, y es por esto que ellos no han salido del lugar, ya que los primeros moradores en salir por la construcción del Corredor Sur, no le pagaron una suma acorde con sus propiedades.
Las calles son otro problema del que no se escapan. Ya están a punto de desaparecer y para época de lluvia se vuelven intransitables. Además comentan el peligro que corren los niños a la hora de ir a la escuela, porque deben subir por una rampa de acceso que hicieron con la construcción del Corredor Sur.
Los residentes manifestaron que las autoridades deben ser imparciales, porque se sienten desplazados dentro de un sector que se ha constituido por mucho tiempo, en uno de los lugares más exclusivos de la ciudad. "Consideramos que no es justo que seamos tratados como los necesitados y ellos las familias ricas de Panamá", argumentaron los moradores.