Mientras para unos la Semana Santa se convierte en un momento de reflexión y descanso, para los alanjeños es la época más importante, pues es cuando a través de sus manos y buenos gustos pueden lograr significativas ganancias por la comercialización de sus conocidos panes y conservas de diferentes sabores.
De esta manera Alanje, se convierte en uno de los lugares más visitado durante la Semana Mayor, por la elaboración de estos platillos netamente típicos del área.
Desde una semana antes de alanjeños, se dedican a buscar la materia prima para la elaboración de estos, como lo es el maíz, lo cual es la parte esencial para la confección de los panes, que involucran una laboriosa preparación que se extiende por espacio de tres días.
De igual manera, buscan plátano, marañón, yuca, piña, mango y demás frutas que son la base esencial para las gustadas conservas que son muy solicitadas por los visitantes.
Esto prácticamente se ha convertido en una costumbre que data de años y que ha traspasado de generación en generación.