La reciente Conferencia Anual de Ejecutivos de Empresas (CADE) planteó la necesidad de modernizar los partidos políticos y que la llamada sociedad civil participe y no se quede como simple espectador, para luego cuestionar a los que se atreven a incursionar en esas actividades.
Existe una realidad y hay una percepción de que la política es corrupta.
Hay casos reales que sustentan esa opinión, pero también hay elementos honestos que hacen la diferencia y debería haber más para cambiarle el rostro a los partidos políticos.
En democracia, los partidos políticos son el elemento primordial para alcanzar posiciones de poder, donde la gente mejor intencionada y capacitada pueda desarrollar proyectos para tener un Panamá mejor. Si esa gente se abstiene de participar, siempre viviremos en un círculo vicioso, donde sólo llegan a los puestos de dirección del país gente que se aprovecha de los cargos y no tienen la intención de servir a la nación.
Así mismo, los votantes deben tratar de lograr una mayor educación cívica y política para no dejarle engañar por discursos vacíos, demagogias y las promesas que tal castillo de arenas hacen algunos cuando están en plena campaña.
El CADE sirvió para hacer una radiografía de la crisis que enfrentan los partidos políticos, que dicho sea de paso se extiende al resto de la sociedad, donde el juega vivo se impone en vez de la decencia.