El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, llegó a Japón en momentos en que el primer ministro japonés Junichiro Koizumi enfrenta su peor crisis política.
Koizumi se rehusó a aceptar las exigencias de un grupo de insurgentes iraquíes que tiene en su poder a tres rehenes japoneses. Los secuestradores amenazaron con matar a sus rehenes, si Japón no retiraba a sus tropas de Irak hoy domingo.