A ORILLAS DEL RIO
LA VILLA
Mis amigos los gatos (II)

Santos Herrera
De todo el reino animal, los gatos son mis preferidos y en mis dos casas siempre tengo por lo menos tres, que son mis leales compañeros. Ellos no solamente son cariñosos y atentos con mi persona, sino que su gratitud también la reparten con mis familiares y amistades íntimas. Conocen el ruido del motor de mi automóvil y con un silbido peculiar los llamo y donde se encuentren, sin demora, acuden a mi presencia y permanecen a mi lado durante todo el tiempo que esté en el hogar. Las veces que llego, siempre me reciben con su cola levantada verticalmente y rozándome las piernas, ronronean en un lenguaje figurado, la complacencia de verme. Y como son muy curiosos, con su vista y olfato quieren revisar todo lo que llevo. El sábado último, al llegar en horas de la mañana a la casa de la playa, noté muy inquieta a una de mis gatas. Se enredaba entre mis piernas como si quisiera decirme algo. Este animal, color de plomo, había llegado a la residencia un año atrás ya adulta, medio salvaje y de una manera violenta. Mi esposa se encontraba parada frente a una mesa arreglando una carne para asar, cuando súbitamente y tan rápida como un bólido, le arrebató un pedazo, escondiéndose en el manglar. Por un tiempo sus visitas siempre fueron sorpresivas y fugaces, por lo que la bauticé con el nombre de "La Guerrillera". Poco a poco fue cediendo, quedándose como huésped permanente en nuestra casa. De todos mis gatos, ella es la más cariñosa, pues me recibe revolcándose en la arena y dando saltos de contenta; y los domingos en la tarde, camina hacia el mismo carro a despedirme. Insistió tanto la nerviosa gata, que la seguí, llevándome hasta un rincón de la casa en donde encontré en una cajeta, cinco hermosos gatitos, Al verme frente a su cría, no pudo controlarse. Maullaba con ternura. Quería trepárseme por el pantalón para que la cargara. Orgullosa los contemplaba y satisfecha me miraba. Que se sentía satisfecha y orgullosa de ser madre. Contemplando la alegría de mi gata "La Guerrillera", recordé lo que con frecuencia publican los periódicos sobre hallazgos de fetos y niños recién nacidos en tinacos de basura o en servicios higiénicos. Pequeñas criaturas abandonadas en salas de maternidad y en las iglesias. Entonces, me preguntó si esta gata, que es un animal irracional, está dispuesta a defender a sus cachorros hasta con su propia vida, ¿qué poderosas fuerzas obligan a una madre a abandonar y a veces hasta asesinar al hijo que durante nueve meses ha llevado en sus entrañas?
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