La creación de Panamá como república separada de Colombia, cuyo primer centenario se cumplirá el 3 de noviembre de este año, fue el producto calculado de una compleja artimaña financiera urdida a comienzos del siglo pasado por intrépidos especuladores de la bolsa de valores de Wall Street que adquirieron, veladamente y a precio de ganga --$3.5 millones-- las acciones de una compañía francesa en bancarrota creada para construir el canal interoceánico, y las revendieron al gobierno de Estados Unidos por $40 millones, con una ganancia de 1,233 por ciento.
Para sacar adelante el negocio, sin embargo, fue preciso promover y financiar una revolución de independencia, constituir una república independiente y diseñarle una bandera. Bajo el título Cómo Wall Street creó una nación, el abogado e historiador panameño Ovidio Díaz Espino lanzará próximamente, con el sello de Editorial Planeta, una nueva visión de la historia de Panamá basada en una minuciosa investigación de cuatro años que desentrañó viejos expedientes del Congreso de Estados Unidos, cartas, testimonios, memorias y noticias perdidas de The New York Times y New York World, entre otros diarios. |