n Es algo que ya se perdió casi por completo en Panamá. Nos hemos acostumbrados a conseguir cualquier fin mediante la hipocresía, el engaño y las falsas promesas. A veces, en honor al mal venido "juega vivo", destrozamos nuestros ambientes familiares y comunitarios, para beneficiarnos mediante un mentirón.
Es cierto que la realidad nacional nos ha enseñado que hay que mentir y engañar a los demás para subir en la escala social, para tener dinero y éxito. Es cierto que los políticos nos imponen con sus conductas el mensaje de que el "juega vivo" sí vale, porque si eres honrado y honrada, nada consigues en la vida.
Aún así, es importante corregir esta visión de la vida, hay que enseñar a nuestros hijos que el crimen (y la hipocresía es el mayor de los crímenes contra la humanidad) no paga, y que hay que rescatar los valores que se han perdido.
La verdad, la honestidad, la rectitud, aunque no rindan ganancias monetarias inmediatas, dan algo mucho mejor: buen nombre, orgullo y puertas abiertas para todos. Pero nuestra sociedad, por ese grandioso ícono que es el dinero, le está enseñando a nuestros hijos lo contrario, y por eso los estamos perdiendo. Hagamos algo, y rápido, antes que todo se vaya a un precipicio, y nuestros muchachos sean carne de cañón, y no tengamos un planeta pacífico y sano donde vivir. |