El cardenal jesuita Carlos María Martini es uno de los favoritos para convertirse en el nuevo Sumo Pontífice.
Es el candidato indiscutible de quienes quieren recuperar el espíritu del Concilio Vaticano II y cerrar de una vez para siempre el larguísimo papado de Juan Pablo II.
En los corrillos de Roma se alega que si el Papa se eligiese por sufragio universal, Martini ganaría de calle. A sus 78 años, este jesuita -nunca un Pontífice ha pertenecido a esta orden- está retirado y se dedica a los estudios bíblicos en Jerusalén.
Nació el 15 de febrero de 1927, en Turín, Italia. Entró en Compañía de Jesús, el 25 de septiembre de 1944. Fue ordenado sacerdote el 13 de julio de 1952.
El 29 de septiembre de 1979 fue elegido arzobispo de Milán y fue consagrado el 6 de enero de 1980 por Juan Pablo II.
Tiene un doctorado en teología fundamental y ha sido rector del Instituto Bíblico y de la Pontificia Universidad Gregoriana.
El 2 de febrero de 1983 fue ascendido a Cardenal. Ha sido figura destacada en varios Sínodos de Obispos. En 1991, fue el enviado especial del Papa a la celebración del I centenario de la evangelización de Zambia.
En el año 2002 renunció a la diócesis de Milán -la más grande del mundo con 4.8 millones de católicos-. Es un hombre que ha escrito varias obras y no esquiva los temas.