El pasado domingo 18 de marzo, sucedió en la Barriada Roberto Durán, lo que todos los residentes de esta comunidad sabíamos que algún día sucedería: un múltiple atropello que le costó la vida a una residente, y una segunda víctima, su hijo que, al momento de preparar este trabajo todavía se debate entre la vida y la muerte, como resultado de la despiadada embestida que sufrieron estas dos personas cuando una de las "chivas" -un microbús- que cubre la ruta Torrijos-Carter/San Miguelito, pasando por la Barriada Roberto Durán, arremetió contra ellos.
Aun cuando apreciamos la oportuna presencia de la televisoras que cubrieron las dos manifestaciones que un grupo de moradores realizamos (el domingo 18 y miércoles 21), clamando que se haga justicia, de todas formas notamos que mucha información se quedó en el tintero, a pesar de haberla puesto a disposición de los medios. Por ejemplo:
No se mencionó absolutamente nada sobre la "tolerancia" con que algunas unidades policiales apostadas en la subestación del lugar, suelen dispensar a las conductores de esas chivas, para quienes la subestación no parece existir. Las regatas en que se enfrascan esos microbuses es cosa de todos los días, pasando a toda máquina frente a dicho puesto de vigilancia y control policial. En cuanto a los buses, no comprendemos cómo en dicha subestación se puede desarrollar una eficaz comunicación, por radio o por teléfono, con el ruido ensordecedor de las troneras y equipo de sonido que usan esos transportes colectivos, lo cual se escucha desde tempranas horas de la madrugada, durante todo el día, en perjuicio de los moradores, muchos de los cuales todavía duermen. Lo más apremiante como problema, lo es, sin duda, que a lo largo de la vía principal de la Barriada Roberto Durán, no contamos con aceras, lo cual obliga a propios y extraños a "tirarse a la calle", poniendo en peligro nuestras vidas, hecho éste que se acentúa cuando hay vehículos sobre la vía impidiendo el libre tránsito. Ya es hora que la honorable representante, licenciada Elsa de Cajar, ponga en circulación los fondos a ella asignado, para iniciar la construcción, cuanto antes, de las tan necesarias aceras.
Mi pluma, hoy empapada de lágrimas por la reciente muerte de uno de los moradores de nuestra barriada, y su hijo que lucha por sobrevivir, se une al dolor que embarga a los familiares de estas víctimas, y, al igual que ellos, también clama porque se haga justicia, aplicando todo el rigor de la ley contra el conductor involucrado quien, por un triste "cuara", trajo luto y dolor al seno de una humilde familia panameña.
2001 - Año de la Biblia
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