El Gobierno indio dijo al líder espiritual tibetano, el Dali Lama, exiliado en el norte de la India, que es un "invitado respetado" pero le advirtió de que no debe "dañar" las relaciones diplomáticas del país con China.
El ministro indio de Exteriores, Pranab Mukherjee, citado por la agencia IANS, aseguró que "el Dalai Lama puede quedarse como invitado de la India, pero no debería hacer nada que dañe los lazos diplomáticos de la India con China".
El jefe de la diplomacia india agregó que el líder budista es un "un invitado respetado en India", pero precisó que no "ha habido cambios respecto a la política formulada por Jawaharlal Nehru", con respecto a China.
Con estas palabras, el titular de Exteriores hacía referencia al tratado de coexistencia pacífica firmado entre los entonces primeros ministros de China, Chu Enlai, y la India, Jawaharlal Nehru, que prevé el respeto de la soberanía e integridad territorial y la no interferencia en los asuntos internos del otro.
Asimismo, Mukherjee reiteró que la India reconoce a la región autónoma del Tíbet como una parte de China.
Desde el pasado 10 de marzo, monjes budistas secundados por la población civil han protagonizado protestas para recordar el aniversario de la fracasada rebelión tibetana contra el mandato chino en 1959, que causó la huida al exilio del Dalai Lama. Las manifestaciones desembocaron en la ciudad de Lhasa, capital tibetana, en unos disturbios que costaron la vida a 19 personas, según la versión oficial china, aunque el Gobierno tibetano registra 140 muertos.
CRISIS: 20 ENFRENTAMIENTOS
días llevan los monjes tibetanos y la población que la apoya enfrentándose con la policía.
Los mayores enfrentamientos se han originado en la capital tibetano, donde las autoridades chinas han sido muy represivas.