El agro, los aranceles y la etapa
preelectoral
Flor Bocharel
Chiriquí- EPASA
Este año representa
el último del siglo XX, pero en 1999 también se dará
la transición del Canal a Panamá y 1.7 millones de ciudadanos
deben elegir a sus gobernantes.
Las propuestas de los candidatos presidenciales, Martín Torrijos,
Mireya Moscoso y Alberto Vallarino ya se conocen.
Todos han puesto al sector agropecuario del país, en un sitio
de importancia.
Los aranceles, la producción, los planes de reconversión,
la búsqueda de mercados, en fin todos los retos que implican las
políticas neoliberales que están en boga en el mundo entero,
captan la atención de Torrijos, Moscoso y Vallarino.
Con miras a la apertura comercial, el gobierno actual redujo a 15% la
mayoría de los aranceles de importación, entre ellos, los
de los productos hortícolas, situación que afecta a los productores
de tierras altas de la provincia de Chiriquí, quienes han observado
en el mercado nacional productos foráneos a bajos precios.
Los efectos de las políticas arancelarias ya se han visto, según
afirmaciones de los productores. El 97% de los productores de cebolla y
el 50% de los dedicados al cultivo de la papa, han desaparecido.
El maíz y el sorgo, no escapan de esta realidad, porque las compañías
avícolas, mayores consumidores de estos productos, han decidido importar
los mismos, por los bajos costos en el mercado internacional.
Al mismo tiempo la Arquidiócesis de Panamá, presentó
un proyecto económico alternativo al de los candidatos presidenciales,
confeccionado por el Instituto de Estudios Nacionales de la Universidad
de Panamá.
Ante esta realidad que vive el sector agropecuario, el candidato oficialista
Martín Torrijos, aseguró ante representantes de los diferentes
grupos de productores de Chiriquí, que se debe recuperar la confianza
de ese sector.
Como medida para recuperar esa confianza perdida por las medidas arancelarias,
Torrijos ofreció trabajar conjunto las políticas agropecuarias.
Martín Torrijos lanzó la promesa de, corregir donde sea
necesario la política arancelaria vigente, comprendiendo que existen
reglas y normas internacionales, de las que Panamá no escapa, pero
que dentro de esas normas y reglas existen los mecanismos necesarios para
proteger la industria nacional.
Por otro lado, dentro del plan de gobierno de Alberto Vallarino, se contempla
la estimulación de las investigaciones agropecuarias, la promoción
para la titulación de tierras, para cubrir más del 60% de
las explotaciones agropecuarias.
Igualmente contempla la implementación de programas para capacitar
a los agricultores como empresarios, reestructurará los centros de
acopio, favorecerá la disminución de los costos de transporte
y embalaje, así como la construcción de sistemas de riego.
En tanto, el plan de gobierno presentado por la candidata de la nómina
Unión por Panamá, Mireya Moscoso propone una transformación
agropecuaria.
En este plan se destaca la aprobación de una ley, que legalice
las medidas indispensables para ejecutar el Programa de Transformación
Agraria Sostenible (TAS), que tiene como metas la reducción de la
pobreza y de la emigración campesina hacia la capital.
Para los productores indistintamente de quién gane las elecciones,
se deben revisar los aranceles agropecuarios, que los tienen ahogados.
Los productores agrícolas están conscientes de los cambios
económicos a nivel mundial, de la apertura comercial y de los lineamientos
que dictan los mercados internacionales, y por ello la rebaja arancelaria
para los productos agrícolas debe darse de manera gradual, de forma
tal que los cambios no sean drásticos.


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