Miércoles 31 de marzo de 1999

 








 

 


FAMILIA
¿"Venganza celestial"?
La concientización sobre el SIDA en Taiwan

Tomado de SINORAMA

Ante la situación en el resto del mundo, donde el 95% de los infectados no tienen acceso a un tratamiento integral, no dejan de ser afortunados dentro de la desgracia.

Chen Shou-chien, director del Instituto Municipal para el Control de Enfermedades Venéreas (IMCEV) de Taipei, asegura que ese cóctel cuesta más de 30.000$NT mensuales por paciente, aparte de los gastos de consulta médica: "La única razón por la que podemos permitirnos ese gasto es porque hay pocos enfermos", dice Chen. Chang Wei, director de la Asociación pro Defensa de los Derechos de las Personas con VIH y SIDA (PHARAA, siglas en inglés), destaca que el presupuesto de la OCEC para el tratamiento de la enfermedad está sujeto a aprobación anual por el Legislativo, y puede ser eliminado en cualquier momento: "el SIDA es otra enfermedad más, y los infectados por el VIH son parte del público general, por lo que no deberían estar excluidos del SNS (Seguro Nacional de Salud)". Para él, incluirlos en el sistema no sólo sería lo más justo, sino el único plan viable a largo plazo. La PHARAA ha perseguido con vehemencia este objetivo, y en enero de 1998 el DS añadió oficialmente el tratamiento del SIDA a la cobertura médica del SNS.

¿CRIMEN Y CASTIGO?

Parece ser que el tratamiento del SIDA está ya garantizado en Taiwan. Sin embargo, la discriminación social hacia estos enfermos no ha disminuido, por lo que aún queda trabajo por hacer. La primera víctima de SIDA reconocida en Taiwan fue un extranjero en 1984; el primer fallecimiento de un taiwanés por SIDA, en 1986: más de diez años de presencia y un alto nivel de concientización pública. Según un informe titulado EL SIDA a debate: tendencias en la actitud, conducta y conceptualización públicas en relación con la enfermedad, de Hsu Mei-ling, profesor del Departamento de Periodismo de la Universidad Nacional Chengchi, del orden del 80 al 90% de la población taiwanesa comprende correctamente las vías de transmisión del SIDA, y la cifra va en aumento.

Por desgracia, el conocimiento y la aceptación no van de la mano, y aún existen poderosos prejuicios contra los pacientes de la enfermedad. Frases como: "El desastre del SIDA es culpa de los homosexuales", "El SIDA es consecuencia de la inmoralidad", o "El SIDA es la venganza del Cielo" tienden a confundir el tema y aumentan el miedo general a la enfermedad.

En Taiwan, los enfermos de SIDA suelen recibir una doble categorización: homosexuales, prostitutas y drogadictos por vía intravenosa, de los que generalmente se piensa que "se han buscado la enfermedad ellos mismos", y aquellos infectados por transfusiones de sangre o durante la gestación, considerados "víctimas inocentes". Cuando se introdujo el cóctel farmacológico en Taiwan, hubo quien defendió que los "inocentes" debían tener prioridad. El mismo argumento surgió también al debatir la inclusión del tratamiento del SIDA en el SNS, cuando se propuso que éstos recibieran cobertura total y exención del pago, mientras el resto, "los que se lo habían buscado", habrían de costear una parte del tratamiento. "Cuanto antes se trata el SIDA más fácil es controlarlo con medicamentos. Por desgracia, no hay medicinas para tratar los prejuicios contra el SIDA", advierte una campaña de concienciación.

 

 

 



 

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