Saludos, amigos y amigas del béisbol, bienvenidos a otra jornada de la pelota criolla, hoy con el mal sabor en los labios de algunas experiencias no gratas en el nuevo y lujoso Omar Torrijos.
Cuando digo "deporte rey" o a veces su "majestad" le duele a algunas personas, no entiendo por qué, pero esa es harina de otro costal, que no quiero tocar.
Estuve en el Juego de las Estrellas, ese juego que parece un relajo, en el que jugadores de un equipo en especial (Los Santos) no se presentan y aquí no ha pasado nada. Irrespetuosos, de los pies a la cabeza, faltando a la convocatoria de un partido del calendario, en el que un patrocinador apuesta a la seriedad y del que cientos de aficionados esperaban por los mejores peloteros del patio.
¿Y la FEDEBEIS qué hará en este caso?
¿Si no es un partido del torneo, entonces que no vaya nadie el otro año y dejamos al patrocinador esperando, a los aficionados y a los medios de comunicación?
¡Irrespetuosos!
VAMOS A LOS CORTITOS:
¿Cabina de anotación o palco privado?
Desde el mismo primer día inaugural, parecía un palco privado, con invitados, comida, cerveza, algo de entretenimiento y lleno a reventar. Se trata de la cabina de anotación del Omar Torrijos, justo en la zona de prensa.
No sabía que la cabina de anotación era un anexo de los palcos privados, donde hay más gente que información. La prensa deportiva debe experimentar una aventura para preguntar y mejor es no pasar, aunque haya necesidad de averiguar la cantidad de lanzamientos u otra información.
¿Quién es el responsable?
¿Será Pandeportes o será la administración, la liga, o la Federación?
Bueno, que sigan los rumberos...
UNA MAS Y CORTITA...
Las cabinas de transmisión del Omar Torrijos parecen la bajada del "Ñopo" o Salsipuedes, horrible, gente caminando, niños en las cabinas, todo el mundo entra y habla lo que le dé la gana, no hay control, no hay coordinación y es un desorden inmenso.
Responsables... ¿quiénes deben atender esto?
Nadie... simplemente esto, nadie... al final, nadie abre la boca.
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¡Viva el béisbol!