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Querido(a) Hermano(a):
Iniciando la Cuarta Semana de Cuaresma y en los actuales momentos de angustia y tristeza que vive la humanidad, urge la oración y el arrepentimiento para destruir los muros de la división y construir puentes de fraternidad y así poder celebrar la PASCUA del Señor.
Miramos Nuestra Vida: Una de las mayores dificultades para construir la familia o comunidad, son los rencores y disgustos que, poco a poco, se van acumulando a lo largo de la vida, y que van deteriorando las relaciones fraternas. También en nuestro país, se han formado clases y grupos sociales que se encierran en su propio mundo y no se relacionan con las personas de otra clase. Sin embargo, según el proyecto de Dios, todos estamos llamados a formar parte de un solo pueblo, pueblo de personas que solidariamente buscan el bien para todos y para cada uno.
Leamos la Palabra de Dios: Efesios 2,14-16
UN BREVE COMENTARIO
En Cristo todos estamos llamados a formar parte de un solo pueblo, el pueblo de Dios. Dios no hace diferencias de personas. Para él cada uno vale de la misma manera y cada uno es llamado a formar parte de su pueblo, sin diferencias de razas, de religión, de cultura o de sexo.
En la vida cristiana es fundamental saber tolerarnos y resolver de manera pacífica nuestros conflictos. Los cristianos siempre han de ser constructores de una convivencia en armonía y paz. El fundamento de esta vida nueva es Cristo, que es nuestra paz.
Esto no quita que pueda haber conflictos, sin embargo tenemos que hacer lo que esté a nuestro alcance para construir la paz y promover el respeto por la dignidad de cada persona.
La capacidad de perdonar es clave en la vida cristiana. "¿Cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano? ¿Hasta siete veces? - No digas hasta siete, sino hasta setenta veces siete" . (Mt 18,21).
Descubrimos la Palabra de Dios en la Vida:
¿Qué podemos hacer, durante esta cuaresma, para saldar las diferencias y los disgustos que tenemos con los hermanos? ¿Qué tenemos que hacer para que seamos constructores de paz en nuestra familia, en el vecindario, en nuestro país? ¿Qué hacer si la otra persona no responde a mi gesto de perdón o de reconciliación? ¿Qué podemos y debemos hacer como cristianos para romper los muros que nos separan uno de los otros, los muros que nos impiden convivir como un solo pueblo? ¿Cuáles son estos obstáculos?, ¿Cómo superarlos?, ¿Me doy cuenta de que "en todo caso, la reparación del mal o del escándalo, el resarcimiento por la injuria, la satisfacción del ultraje son condición del perdón?".
Dios te bendice por solidarizarte con la obra PRO-FE en bien de tus hermanos más necesitados |
