Sobreseído único caso de tortura por el que Pinochet podría ser extraditado

Chile
AP

La justicia militar chilena cerró en 1990 el único caso de tortura y muerte por el cual el general Augusto Pinochet podría ser extraditado a España de acuerdo con la resolución en Londres de los lores de la ley británicos.

Pinochet continúa detenido en Londres luego que los lores el miércoles dictaminaron que no tiene inmunidad a partir de noviembre de 1988 cuando comenzó a regir el convenio internacional contra la tortura.

La sentencia de los Lores consignó que sólo uno de los casos presentados en la solicitud de extradición a España está vigente. La mayoría de los otros cargos presentados por el juez español Baltasar Garzón, entre 1973 y 1988, ocurrieron antes de la vigencia de la convención sobre la tortura.

Al cerrar el caso en 1990, la justicia militar chilena consideró que no había méritos para procesar y condenar a los policías a los cuales se culpó de la muerte por torturas del estudiante Marco Quezada Yáñez, de 18 años, el 24 de junio de 1989.

La versión policial sostuvo que Quezada se habría ahorcado en su celda el cuartel policial de Curacautín, a unos 620 kilómetros al sur de esta capital.

En una declaración divulgada ayer por la jefatura policial de la zona se reiteró que el joven, detenido por presunto robo, murió por suicidio por ahorcamiento. Y sostuvo que el proceso judicial y la investigación interna no determinaron ``responsabilidad penal o administrativa'' del personal policial.

Pero el informe de la autopsia determinó que Quezada falleció posiblemente por un shock provocado por aplicaciones de electricidad. Sus familiares denunciaron que habría sido sometido a intensas torturas que le causaron la muerte.

El informe de la comisión investigadora de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen de Pinochet consignó en 1991 que Quezada murió a ``consecuencia de las torturas aplicadas por su captores'' policiales.

Juristas y organismos de derechos humanos se preparan para entregar nuevos antecedentes de torturas y muertes registrados tras la fecha tope de 1988, cuando comenzó a regir un tratado contra la tortura, establecida en la sentencia el miércoles por los lores en Londres.

El canciller José Miguel Insulza, sin embargo, rechazó la posibilidad de agregar nuevos casos y que de hacerlo el juez español Baltasar Garzón debería incluirlos en otra solicitud de extradición de Pinochet.

El gobierno está sometido ahora a demandas de los militares y los dirigentes políticos de derecha para aumentar la presión sobre el secretario del Interior británico, Jack Straw, quien deberá pronunciarse nuevamente la próxima semana si da pase al juicio de extradición o lo rechaza.

Los militares expresarán su opinión esta tarde durante una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, en el que los jefes militares y de la policía están representados en la misma cantidad que las autoridades civiles encabezadas por el presidente Eduardo Frei.

Los jefes castrenses no han comentado públicamente la resolución de los lores, pero al ministro de Defensa, José Florencio Guzmán, dijo a los periodistas que los militares le manifestaron su inconformidad con el fallo.

 

 

 

 

 

 


 

Pinochet continúa detenido en Londres luego que los lores el miércoles dictaminaron que no tiene inmunidad a partir de noviembre de 1988 cuando comenzó a regir el convenio internacional contra la tortura.

 

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